Capítulo 82

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–No te puedo creer, y lo que más me sorprende de todo es que me digas que no se ha dado cuenta de nada. - Termina de hablar Miguel.

–Sé que es una locura, y no estoy tan seguro de que le vaya a gustar - Habla ilusionado.

–¿De verdad lo dudas, Raoul? – Ve como se encoge de hombros. –Agoney ahora mismo va contigo donde tú digas.

–¿A dónde tengo que ir? – Pregunta al llegar y oír lo que decía Miguel.

–Raoul quiere despedirse del mar, y no quiere hacerlo solo. –Miente su amigo.

–Cuando acabemos de comer vamos, ¿te parece? – Le pregunta Agoney cogiéndolo de la mano por encima de la mesa y regalándole una mirada sincera.

Raoul no contesta, simplemente aprieta la mano que le acaba de coger su novio y sonríe.

Después de contarle a Miguel su plan de llevarse a Agoney a Barcelona esta misma noche, siente que tiene un poquito más de esperanza aunque sigue sin tenerlas todas consigo. No cree que Agoney vaya a aceptar, y ese miedo lo tiene agarrado a su pecho.

Se están dando el abrazo de despedida, cuando Miguel no puede evitar decirle que esté tranquilo, que esta noche cuando se suba al avión lo va a hacer acompañado. Raoul le da las gracias por todo, no es que Miguel haya hecho nada en especial, pero las veces que coincidió con él pues estuvo muy a gusto y los ánimos que le está dando ahora, lo agradece un montón.

–Ha sido un placer conocerte. Te espero pronto por aquí otra vez - Le dice después de darle un beso en la mejilla.

–Volveré - Le responde alargando la mano para que Agoney se la coja.

–¿Y tú no me das un abrazo? – Dice mirando a Agoney.

–Te veo mañana, o ¿se te olvidó que vamos a ir hasta El Callao a coger olas?

–No se me olvidó, pero me apetece darte un abrazo ¿no puedo?

Agoney se ríe y soltando la mano de Raoul que tenía entre las suyas, abraza a su amigo.

El paseo por el muro de la playa lo hacen más en silencio que hablando, ninguno de los dos quiere decir algo y estropear el momento. Sus manos juegan entre ellas. Sus miradas se buscan y cuando se encuentran, sonríen.

"No te quiero dejar marchar" piensa Agoney cuando Raoul suelta su mano y echa a correr solo para que Agoney le persiga y le robe un beso.

Llegan a casa con el tiempo justo a que Raoul coja la maleta, suba al coche y los padres de Agoney lo lleven al aeropuerto.

–Raoul – Le llama Agoney antes de que salga de la habitación con la maleta en la mano.

El aludido lo mira, ve que tiene la mirada triste y decide posar la maleta en el suelo y caminar hasta él.

–¿Estás bien, Ago? – Le dice cogiéndole la cara con ambas manos y mirándole a los ojos.

–Sí, es solo que... prefiero despedirme de ti aquí en casa. – Le contesta con la mirada fija en sus ojos.

–¿No vas a venir al aeropuerto? – Raoul no sabe cómo "actuar" ahora.

–Ya sabes que no me gustan las despedidas. Además te llevan mis padres, te dejo en buenas manos.

Raoul baja la mirada, esto no lo tenía previsto y no sabe cómo hacer sin desvelarle nada todavía.

–¿Sabes? Me hacía mucha ilusión verte en el aeropuerto despidiéndome. – Habla a la vez que sube la cabeza. –Pero si no quieres ir, lo entiendo.

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