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Capítulo 81

El sueño les pilla en el sofá de salón junto a los padres de Agoney mientras ven una película en la televisión. El día comparado con los que Raoul llevaba allí había sido agotador, no pararon de caminar durante todo el día y el cansancio se notaba.

Es la madre del canario la que los despierta bajito y los envía a la cama. Ellos dos con el sueño en la cara, se levantan y mientras uno va al servicio, el otro prepara la cama para echarse a dormir.

Es Raoul el primero en quedarse en calzoncillos y meterse en la cama, se encoge sobre sí mismo y cerrando los ojos vuelve a quedarse profundamente dormido. No se da cuenta cuando Agoney vuelve del baño, se quita el pantalón y se mete junto a él en la cama. Raoul tampoco se entera cuando el brazo izquierdo de Agoney le pasa por la barriga y lo atrae hacía él y mucho menos cuando le da un beso en la nuca y le susurra "no me quiero separar de ti, amor".

Raoul está en ese estado de no estoy dormido, pero sí. No sabe qué hora es cuando siente como el colchón se mueve, no es que sea en exceso pero si lo suficiente para que lo termine de despertar. Abre los ojos y enfoca la vista con los pocos rayos del sol que entran en la penumbra de la habitación, Agoney está mordiendo la almohada boca abajo a su lado y zas, ve como se mueve hacia delante quedándose unos segundos allí antes de volver a la posición en la que debería de estar. Raoul no es capaz de asimilar lo que está haciendo Agoney cuando vuelve a embestir contra la cama otra vez.

-Ago, ey, vamos, despierta – Le dice inclinándose sobre él y posando una mano en la espalda.

Agoney está en un sueño follándose a Raoul sin ningún tipo de pudor ni vergüenza. Esta vez no gime, sino que jadea contra la almohada como si necesitara descargar esa adrenalina de alguna que otra forma, a parte de los movimientos de su cuerpo contra el colchón.

A Raoul se le forma una sonrisa en la cara por verle, por saber que le tiene ganas, pero no más que las que tiene de follarselo a él.

Después de dejarle unas cuantas embestidas más, se acerca a su oído para despertarlo contándole todo lo que le va a ir haciendo.

-Ago, soy Raoul – Habla a la vez que mueve la mano que tiene allí. -No te voy a dejar que te corras tu solo, ¿me oyes? – Agoney vuelve a moverse otra vez. -Yo también quiero participar en tu disfrute. - Baja la mano hasta las nalgas de su culo y aprieta una de ellas evitando el movimiento hacia delante, para después morder el lóbulo de su oreja con cuidado. -¿Me sientes, Ago? – Agoney saca el culo en pompa dándole a entender que sí le oye. -Te voy a tocar, así que no bajes el cuerpo porque - comienza a mover la mano que tiene en el culo -voy a agarrarte la polla. - Se la coge por encima de la ropa interior húmeda, la aprieta, la suelta y siente como Agoney se vuelve loco y comienza a mover su cuerpo. -Quiero tocarte bien, ¿me dejas? – Le dice al mismo tiempo que estira el elástico del calzoncillo. - Agoney asiente y Raoul hace. Mete la mano y nota como tiene el glande mojado y se puede hacer una idea de lo rojo que debe estar. -Ahora me toca a mí disfrutarte. – Le dice rodeando la polla con su mano y comenzando a bombear despacio. -No grites. - Esta vez le muerde el cuello. -Porque como alguien de tu familia entre y me encuentre haciéndote una paja. - Deja de mover la mano. -Vamos a tener un pequeño problema. - Acerca un poco más su boca a la oreja y deja una risa seca.

-No grito, no gimo, no jadeo, no hago nada. - Dice Agoney volviendo la cara para que le entienda lo que dice. -Pero como me dejes a medias...

-Chssss – Raoul le manda callar. -Te recuerdo que me dejaste a medias el otro día. – Agoney asiente. -Y te dije que como lo hicieras te iba atar a la cama – vuelve a asentir. -y lo hiciste, así que no me des ideas, amor. – Agoney abre los ojos de golpe por escuchar como le llamó, y Raoul vuelve a mover la mano que abarca todo el miembro que tiene sujeto y esta vez no para. Cada vez aumenta la velocidad del movimiento, haciendo que Agoney vuelva a enterrar la cabeza en la almohada para poder gritar sin que nadie le escuche.