LOVE ME HARDER

29- Matt

Pov Kylie

Mi cuerpo era como un reloj que no me deja dormir pasadas las seis de la mañana, incluso después de una noche como la de anoche, de solo recordarlo muchas cosquillas recorren por toda mi piel, ante las excitantes imágenes de nosotras haciéndonos el amor con deleite.

Mi mirada se posa en su gran cuerpo sobre la cama, me fascinaba saber que desde ayer, justo en el momento en que nuestros cuerpos se fundieron, ella comenzó a ser de mi propiedad, me hacia sentir tan poderosa de saber que esas zorras que la seguían ya no tendrán mas nunca posibilidades de tenerla para ellas, porque Remmy Tate es permanentemente mia, desde su largo cabello azabache hasta su formado y femenino cuerpo. Ahora se ha desbloqueado un nuevo fetiche, ese es mirarla silencio con una sonrisa boba que no se va a ir de mi cara jamás, suspiro con fuerza y me deslizo fuera de la cama, sabiendo que Anthony y los Matt, no la dejarán dormir por mucho tiempo, y menos que sea más allá de las diez de la mañana.

Pase por la habitación de mi pequeña hija y seguía durmiendo abrazada al peluche de vaca que le había regalado yo a mi sexy luchadora, cerre la puerta con cuidado y baje al primer piso, notando como Matt Jackson, el Matt 2, ya estaba en la cocina.

Me sirvo un poco de café sin azúcar, mientras organizaba en mi cabeza, las mil y un preguntas que quiero hacerle al asistente personal de mi chica grande, llevo mi cuerpo al lado del ruloso y me siento en posición de indio en una silla junto a la pequeña mesa de desayuno, lo
veo leer el periódico texano de la mañana mientras tomo unos sorbos de mi café.

-ella me lo conto, casi todo, aun faltan cosas que quiero saber sobre su vida -susurre-.

Por un segundo se quedó en la misma posición en la que lo encontré, la única emoción en su rostro, fue de shock.

-¿Te contó que cosa? -pregunto con duda-.

-Ya lo sabes -dejo mi café en la mesa-.

-bajando el periódico- Nunca antes se le dijo a alguien, que no sean sus padres o los señores Grey y Zimmerman, aunque con los últimos no hable mucho -.

Sus palabras me hacen fruncir el ceño.

-No estés tan alarmado, te lo contó a ti una vez ¿No es así? -alce una ceja-.

-no te lo dijo bien, Kylie, yo era su psicólogo, al menos lo fui durante unos cinco años -contesta-.

Mi mente se torna en confusión mientras trato de imaginarme a Matt Jackson en
una bata con una libreta anotando lo que pasaba por la cabeza de ella, cuidando a mi durísima luchadora en una sala, yo no vi venir esto, me es extraño saberlo, la imagen que pasa por mi cabeza es tan incoherente, tanto que tengo problemas para mantenerla en mi cabeza por mucho tiempo.

-¿Tú atendias su caso de vio... De esa maldita agresión? -pregunte nerviosa-.

De acuerdo, sé que suena estúpido, pero eso es todo lo que parece que soy capaz de decir, me duele creer y aceptar por lo que mi preciosa Remmy vivió por culpa de un maldito, desgraciado y sucio degenerado, un aberrado que se merecía perder contra el señor Tate a un punto de dejarlo mas muerto que vivo, los labios del asistente personal se aprietan con fuerza mientras asiente con la cabeza.

-creo que un profesional no debe crear lasos afectivos con su paciente -frunce el ceño al mismo tiempo en que consume lentamente el líquido oscuro- ella es un buena persona, un poco imprudente, ¡pero no es su culpa! -se frustra instantáneamente- Nunca ha sido mala intencionalmente con nadie, cuando Brooke la llevó a mi consultorio, en compañía de Remington, ella era tan cerrada como un maldito muro, cuando decidía hacer terapias al aire libre, se notaba enseguida que era hija de Riptide, solo corría por el jardín y hacía sus flexiones en un cerca de un árbol, todo el tiempo usando sus auriculares y bloqueando todo a su alrededor, al remitirla a psiquiatría, su psiquiatra ordenó que se le suministraran medicamentos para la depresión, mas unos sedantes, la tenían que mantener drogada por que su problema psicológico ya había hecho de lad suyas, hacía grandes desordenes cuando su otra ella aparecía, gritaba que no era Remmy, que era Blue como los ojos de su padre, desde entonces, se le ha quitado, a nivel médico, siquiera le dio la oportunidad de volver a la normalidad, de ser normal -conto-.