Don Taco.

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No pude evitar sentirme el doble de nerviosa.

Si antes no había razón alguna, ahora tenía dos.

Había estudiado mi separata bastante, solo tenía que dejarlo fluir. No tenía que ser tan difícil.

Tomé un respiro hondo.

Mis mano izquierda me temblaba un poco así que traté de sostenerla con la derecha.

Me tranquilicé y pocos segundos, comencé.

Y ahí estaba. Hecha un manojo de nervios mientras respondía cosas básicas. Seguía sin entender que hacían Elizabeth y Daniel ahí cuando había investigado a la perfección sobre el director de la película. Inicié con mi actuación

Eran cuatro personas en total incluyendolos.

-Si de verdad crees que soy la mala de la historia, entonces estas entendiendo bien la trama -este personaje era casi similar a varios qué había hecho con anterioridad. Nunca salía de esos papeles de millonarias ingeniosas o chicas rebeldes. Me era más fácil interpretar un personaje qué sé acercaba más a mis sentimientos qué intentar cambiar de roll y tener que mostrar sentimientos qué hacía años no expresaba.

Elizabeth me miraba con esa genuina sonrisa y esos ojos brillosos. Todo en ella me transmitía una calma y felicidad que me hacían recordar a mi madre, algo que me atormentaba.

Daniel por el contrario, tenía una mirada tan difícil de descifrar. No la había visto en ningún momento desde que lo conocí, eso me atormentaba aún más.

Al terminar, el director me dijo lo que yo creo, le dijeron a todos.

-Gracias, nosotros te llamamos.

-Muchas gracias -mencioné antes de salir de aquella sala.

Bien, era mi momento de correr y respirar, realmente esperaba que no encontrarmelos. Solo complicaría las cosas.

Salí de aquel lugar y fui directo a mi auto. Al entrar di el respiro qué anhelaba desde que salí de aquella sala. Fue entonces que me llegó un mensaje a mi celular.

"Ni se te ocurra irte"

Pegué mi frente al volante y di varios golpecitos repetitivos. Reaccioné rápido y encendí el auto rápido para salir del jugar, al girar el auto miro a Daniel saliendo del lugar y de un solo impulso pise el acelerador hacia la entrada.

Daniel comenzó a correr junto a mi auto mientras movía las manos y gritaba.

-¡Espera!

Mis nervios salieron a flote tan de golpe qué no escuché cuando Daniel le gritó al guardia qué cerrara el portón. Al girar al frente vi al guardia atravesado en el centro cerrando el gran portón negro, frené de un golpe antes de que pasara algo lamentable.

Estaba sorprendida por tal situación qué apenas noté cuando Daniel abrió la puerta y entró al auto.

-¿Qué diablos te sucede? -reclamé.

Me miró con una mirada qué decía algo como "¿Es en serio?"

-Olivia... Yo debería preguntar eso.

Respiré hondo para tratar de tranquilizarme.

-Solo iba a comprar algo de comida -respondí.

-¿De verdad? Entonces, ¿Porque aceleraste cuando me viste?

Puse cara de confusión. Si mi trabajo era ser actriz, el actuar tenia que ser fácil para mí, ¿No?

-¿De verdad? No recuerdo eso...

MIENTRAS BAILAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora