Deudas de Sangre

I. Antes De Todo

Una hora, dos horas, tres horas, cada vez aumentaban los nervios y la incertidumbre. Los días felices que pasaron parecían desmoronarse, pero también se hacían presente con más fuerza. Las cosas que planearon se habían quedado atrás con el repentino llamado de dolor.

Zhan necesitaba una señal, una palabra, algo que le dijera que su pequeño nuevo mundo estaba bien, estaba con vida. Pensar en aquel camino que tuvo que recorrer, pensar en la gente que los acompañó, todo tenía que valer la pena. Sólo necesitaba respirar una vez más, cerrar sus ojos y recordar su historia.

Pues mientras el sonido del segundero y los pasos de lado a lado que daba Xiao Xingchen en otro lugar, quien no podía dejar de pensar en su sobrino que ahora se encontraba en tal estado dentro de una sala en el hospital, también pasaban por su mente los recuerdos de aquellos días. De los suyos y los de su amado sobrino.

- ¿Y cómo está?

- No lo sabemos, tienes que tranquilizarte Xingchen, está en buenas manos

- Mantenme informado Xichen.

- Por supuesto

Xiao Xingchen se sentó con suavidad en el sofá, le gustaría estar ahí, pero sabía que como estaban las cosas, sólo estorbaría. La vista de Xiao recorrió toda la casa, hace no tanto su sobrino corría por todo el lugar con un pan en su boca pues ya iba tarde. Sobre una mesa estaban colocadas las fotos de su familia, una de ellas era muy especial, no porque tuviera un hermoso recuerdo, al contrario, ese día fue algo triste y pesado para Xiao Xingchen. La única razón de que la tenía, era porque ese mismo día conoció la dicha que ahora llamaba amor.

Amor. Zhan esperaba que su amor fuera lo suficientemente fuerte para que el destino le permitiera abrazarlo. Si había algo que él pudiera hacer, si pudiera entregar su propia sangre para evitarle cualquier dolor, lo haría. Protegerlo, amarlo y defenderlo, había sido la promesa que hace tanto le hizo. Y aunque no pudo hacerlo como quiso cuando quiso, lo había intentado con todo su ser hasta ahora.

Recuerdos que iban y venían, el pensamiento que se dirigía a un mismo sujeto. Historias propias y ajenas que recorrieron todo el camino hasta allí. Ahora mismo, bajó un momento quizás crítico, quizás frenético en donde al final todo se enredaba en un mismo nudo. Pero que sin duda, estas dos no podían existir sin la otra. Pues en ellas estaba en juego una de las cosas más sagradas y preciadas tanto para Lan Zhan como para Xiao Xingchen, su familia.

| 14 AÑOS ANTES |

- Pide un deseo tío.

- ¿Qué debería pedir A-Ying? – preguntó Xingchen a su sobrino

- No seas así, es tu cumpleaños, no todos los días se cumplen 22 años. – animaba Sanren a su hermano menor

- Tal vez pueda...

- No, no, no, sí lo dices no se cumplirá. – interrumpió Wei Ying a su tío

- Bueno... entonces... - Xingchen cerró sus ojos y luego sopló las velas

- Bieen. – canturrearon los otros

- Toma tío, este es mi regalo, yo mismo lo hice. – Wei Ying le entregó un cuadro medio envuelto a Xingchen

- Pero si esto debería ir al museo, es bellísimo. – Xingchen alabó el retrato que Ying le hizo. - O y este reloj es muy lindo también, que gran sobrino tengo

- Se ve que lo sacó de mí. El mejor de los hijos hecho por los mejores padres. – presumió Sanren. – Esto es mío y de Changze, espero te guste