VI. Caras Ocultas

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Habitualmente durante nuestra vida queremos mostrar la mejor versión de nosotros, sobre todo a las personas que nos importan. Se dice entonces que tal vez mostramos nuestra mejor cara para sentirnos mejor y ser aceptados por los demás. Y las personas de mayor confianza son las que conoce el otro lado de la moneda, pero ¿de verdad es así?

Todos tenemos imperfecciones que queremos ocultar, algunas se escapan de nuestro interior y aprendemos a lidiar con ellas. La gente llama valientes a quienes las muestran sin desasosiego, pero hay otros que dicen que son los más vulnerables.

- ¿Entendiste lo que te dije?

- Si padre

- No me veas con esos ojos Chéngměi, una tontería más y vas a conocerme mejor. ¿No puedes ser un poquito inteligente? ¿Enserio crees que Xiao Xingchen va a seguir contigo si se entera de lo que hiciste? – gritó el hombre mayor

- No tiene por qué enterarse

Incluso si lo que queremos ocultar es meramente un mal momento, un recuerdo doloroso que te persigue, es difícil confiar en ti mismo para revelarlo al mundo. Todos tenemos algo que no queremos que sea conocido, ese algo que cuidamos para que nadie se de cuenta.

- Gracias por visitarnos. – Feng Luhan giró el letrero de abierto a cerrado. - Mi amor. – llamó. - ¿Listo?

- Si, sólo hay que limpiar y podemos irnos. – contestó Song Lan

Qué pasa cuando alguien que no debía saber nada descubre lo que ocultamos. ¿Entenderán las razones por las cuales se ocultó? O más importante aún, ¿será que entiendan a la persona misma?

Algunas semanas que corrieron con rapidez se volvieron inesperadamente en meses. El verano había llegado, y las vacaciones estaban por comenzar. Lo que significaba que el último año de Xiao Xingchen estaba a la vuelta de la esquina.

- Y con esto terminamos, gracias muchachos disfruten sus vacaciones.

- ¡Al fin! – gritó He Fangxin

- ¿Les parece si nos vamos a tomar a algún lado? – preguntó Mao Yinsin

- ¿Qué preguntas? Obvio

- Vamos

- ¿¡Queeé!? – gritaron a la par Fangxin y Yinsin. Xiao Xingchen había aceptado a salir

- Dije que vamos ¿o no quieren llevarme?

- Por supuesto, vamos a "Yi Cheng" escuché que se está haciendo muy popular. – dijo Mao Yinsin emocionado

- Sobre todo sus trabajadores. – suspiró He Fangxin

- Ya vámonos. – contestó Xiao Xingchen riendo

- ¿Chéngměi no vendrá por ti? – preguntó Yinsin

- No, hoy trabaja hasta tarde

Despues de su pelea, Xiao Xingchen pensó en relajarse y dejar las cosas fluir. Además, a la mañana siguiente, Xue Chéngměi regresó por él como si nada hubiese pasado. Xingchen pensó que su madre tenía razón, debía dejar de pensar y empezar a sentir mas, y eso hizo.

Durante el tiempo siguiente, Xue Chéngměi y Xiao Xingchen habían tenido uno que otro encuentro sobre las opiniones de como se debía actuar. Muchos de sus pequeños conflictos caían en la familia, para Xiao Xingchen era muy sencillo amar y proteger a su familia, pero para Xue Chéngměi aquello era una obligación que terminaba en el momento de hacer la propia.

Deudas de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora