XII. Quiero Estar Cerca

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|14 AÑOS ANTES |

- Mamá, ¿soy raro?

- Por supuesto que no cariño

- ¿Y por qué no soy como los demás?

- Mi pequeño. – el hombre se arrodilló frente a su hijo. – Eres diferente, porque todos somos diferentes, pero tú mi vida, eres aún más único que nadie

- ¿Crees que algún día pueda jugar en el patio de juegos como los demás? – preguntó un pequeño Song Lan

- Por supuesto

- ¿Pero cuando? – preguntó un poco triste el niño

- ¿Cuándo? Bueno, cuando puedas tomar de la mano a alguien como ahora. – dijo el joven hombre enseñándole sus manos entrelazadas a su hijo

| ACTUALIDAD |

Por un momento Song Lan había perdido la noción del tiempo, recordando las palabras que su madre le dijo tiempo atrás. Tanto fue su estado de trance que poco a poco comenzó a sentir la mano de Xiao bajar de su brazo hasta su mano, ahora estaban juntas.

- ¡Suéltame! – le gritó Song Lan a Xiao Xingchen.

- Lo lamento yo... - Xiao Xingchen no entendía la reacción de Song Lan

- Es suficiente, seguiremos por separado desde aquí. Gracias y buenas noches

- Pero... Song Lan... - Xiao Xingchen veía alejarse al otro sin poder evitarlo

'¿Hice algo mal?' se preguntaba Xiao Xingchen durante todo su camino de vuelta a casa

Toda la tarde lo habían pasado excelente, rieron, hablaron. Xiao Xingchen había escuchado un poco su conversación con el otro chico y sólo había intentado ayudarle. Quizás no debió meterse en asuntos que no le competían, pero cuando lo pensó, ya se había lanzado hacia Song Lan.

- Estoy en casa... - dijo desanimando Xiao Xingchen, sin embargo, nadie le contestó.

"Surgió algo, volaré a Corea, hay lasaña en el refrigerador."

Xiao Xingchen dejó la nota en la mesa y subió a su cuarto, no tenía mucha hambre. Ahora en lo único que estaba toda su atención era en su celular, el contacto de Song Lan estaba abierto. Quería pedirle disculpas, un mensaje o una llamada, estaba demasiado nervioso por haber arruinado lo suyo

'¿Lo nuestro? No, no te confundas Xingchen, ustedes apenas se conocen.' Se corrigió Xingchen mentalmente

Aún cuando la noche cayó por completo, el cuerpo de Xingchen daba vueltas por toda la cama, indeciso, ansioso por una señal del chico con el que pasó la tarde. Todo siguió así hasta que él mismo comenzó a decirse lo poco importante que debía ser para Song, sí no le había molestado nada o sí lo había hecho, eso no era suficiente para contactarlo.

Pero Xiao Xingchen estaba muy equivocado. Del otro lado, Song Lan también se encontraba en un conflicto.

'Me tocó, dejé que me tocara.' Se decía una y otra vez Song Lan, viendo su mano.

Cuando llegó, lo primero que había hecho era tomar un jugo de manzana, luego recordó que lo habían tocado repentinamente y entonces se dirigió a lavarse sus manos. Pero al estar frente al grifo, sus movimientos se paralizaron un momento. La sensación de haber tenido a Xiao tan cerca ¿desaparecería si se lavaba? Aquel fugaz pensamiento lo hizo estremecer y luego lavó sus manos, naturalmente, sin ninguna clase de repulsión.

Deudas de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora