XXI. Deseo creciente

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- ¿Ya habías visto esta? – preguntó Wei Ying a Lan Zhan mientras comía palomitas

- No. – Lan Zhan estaba concentrado en la película

- ¿Y te gusta? – volvió a preguntar Wei Ying

- Mn

- ¿Seguro? – insistió Wei Ying

- ¿A ti no? – Lan Zhan finalmente vio a Wei Ying

- Es de mis favoritas. – sonrió Wei Ying

- Entonces vamos a verla. – Lan Zhan besó su frente y volvió a John Wick

Esa noche, había una cena en honor de un artista famoso que acababa de abrir una nueva galería, por lo que Cangse Sanren había sido invitada. Wei Ying adoraba el trabajo de su madre, pero nunca fue fan de las cenas elegantes llenas de reglas. Y ya que su padre no tenía opción y Wei Ying no tenía que ir ese fin de semana a casa de sus padres, la noche era perfecta para una cita.

Y a pesar de que amaba tener a su novio a su lado, era verdad que amaba más la atención que le daba a él en lugar de Keanu Reeves. Wei Ying demandaba la atención de Lan Zhan así que no pudo soportar más la desatención que recibía y entonces, en un rápido movimiento, Ying se puso a ahorcajadas en su novio.

- ¿Qué haces? – Lan Zhan se sorprendió

- ¿Quién es más atractivo? ¿Keanu o yo? – preguntó Wei Ying colocando sus manos detrás del cuello de su novio

- Tú. – dijo Lan Zhan sin dudar

- Demuéstramelo, porque no le quitas la mirada al trasero de Keanu

- Wei Ying... - Lan Zhan estaba avergonzado

- Eres tan lindo cuando te sonrojas. – rió Wei Ying. – Es solo que requiero de tus mimos. – dijo picoteando los labios de Zhan

- Eres un desvergonzado. – habló Lan Zhan volviendo a tomar la boca de Wei Ying

Era tan adictivo para Lan Zhan el sabor de Wei Ying, cada vez que lo probaba, el deseo de querer probar más aumentaba. Además, la posición que tenían justo ahora no ayudaba demasiado a ese extraño calor que recorría el cuerpo de Lan Zhan con una velocidad increíble.

- Pero solo lo soy contigo. – dijo Wei Ying con su mala respiración. – Además, así te gusto ¿no? – susurró él

- Bastante

De nuevo sus labios se juntaron, las caderas de Ying se levantaron al contacto tratando de abrirse paso y encontrarse con la lengua de Lan Zhan. Quizás era el momento o la forma en la que se rozaban sus cuerpos, pero ese beso estaba muy por encima de aquellos románticos y dulces que compartían.

De pronto la película fue solo el sonido de fondo a comparación de los que sus besos, respiraciones agitadas y roces dejaban escuchar entre ellos. Las manos de Lan Zhan seguían sosteniendo a Ying por la cintura, pero entonces con esas mismas manos alejó repentinamente a Ying de su cuerpo.

- Es tarde. – Lan Zhan recuperaba su respiración

- Que importa. – Wei Ying quiso volver a besarlo, pero esta vez Lan Zhan lo detuvo

- Olvidé que Xichen me dijo que necesitaba mi ayuda. – Lan Zhan se levantó de la cama donde estaba con Wei Ying, con toda prisa tomó su chaqueta y paró en la entrada del cuarto. – Te llamo luego

- Bien... - Wei Ying estaba confuso a lo que acababa de pasar. – Amor. – llamó Ying.

- ¿Si? – preguntó con una mano en la manija de la puerta, dándole la espalda a Wei Ying

Deudas de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora