XXIV. Encuentros

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Dicen que lo único seguro que tienes en esta vida, es la muerte, y por eso debes vivirla sin miedos. Pero cuando la vida se acorta inesperadamente, no hay pensamiento razonable. Descubrir que uno de tus amigos está pasando por una pérdida, es terrible y un shock, pues no sabes que puedes hacer. Sin embargo, lo único que queda en nuestras manos es estar presente para escuchar sus sentimientos y pensamientos, tratar de ayudarlo en lo que necesite. A veces la mejor manera es tan solo estar junto a él y ofrecerle un hombro sobre el que llorar.

Ahora mismo, Wei Ying hacía eso, estaba dándole el consuelo que Wen Ning buscaba, después de haber recibido la llamada de su hermana para avisarle, que sus padres, los cuales viajaban, habían fallecido en un terrible accidente.

Decir adiós esa mañana fue solo un acto de cotidianeidad, pero en ese momento, ese adiós, ese beso y abrazo, había sido el último. Wei Ying también quería llorar, era una verdadera tragedia, era algo que nadie hubiese podido imaginar.

A lo lejos, detrás de un pilar, la figura del Lan se escondía del par de chicos que estaban al final del pasillo. Lan Zhan había visto a Wei Ying correr, casi arrollaba a un profesor. El Lan estaba harto de su mala conducta así que lo siguió, descubriendo entonces que buscaba a su amigo.

No era su intención escuchar, pero al oír a Wei Ying y sus intenciones de darle su merecido a alguien, se quedó. No obstante, sus movimientos se congelaron al escuchar al amigo del chico sollozar y luego las palabras de consuelo de Ying.

Con cuidado y sin ser notado, Lan Zhan se escapó de esa situación, pero conservó en su mente la imagen de Wei Ying. Sus ojos cristalinos y su aflicción evidente por consolar a su amigo fueron fuertes imágenes que ahora daban vueltas en la mente de Lan Zhan.

Al poco tiempo, Jiang Cheng y Nie Huaisang llegaron a donde Wei Ying les indicó, encontrándose con un Wen Ning en terrible estado. Cuando leyeron el mensaje que hablaba de que Wen Ning había perdido a sus padres, pensaron que se trataba de una mala broma, una de mal gusto además.

Pero a los pocos segundos, la noticia se disparó en internet, después de todo, eran parte de la familia Wen, la más famosa y poderosa familia del país. Aún si se trataban de una rama no tan cercana, el hecho de que Wen Ruohan hubiese salido a dar declaraciones del fallecimiento de su primo y esposa, fue suficiente para hacerlo noticia.

Los dos recién llegados se tiraron a abrazar al Wen que se veía desconsolado, no había parado de llorar, no tenía fuerzas si quiera para levantarse. Le habían arrojado una bomba y lo había destruido todo, pero al menos, los restos que quedaban de él estaban siendo protegidos y rescatados por los 3 chicos de ahí, que no soltaban su cuerpo, tratando de protegerlo, de amarlo.

El funeral tardó un poco, pero tanto Wei, Jiang y Nie se presentaron respetuosamente para acompañar a su amigo. Por su parte, Wen Qing estaba acompañada de Jiang Yanli. El primero en irse fue Wei Ying, luego uno a uno dejaron a los dos chicos dolientes, parecía que habían sido abandonados ahora, pero su tío, el único que parecía haberle importado sinceramente su pérdida, los tomó bajo su custodia.

Los días siguientes fueron grises, incluso el clima sabía que algo terrible había pasado. La ausencia de Wen Ning se notaba, la escuela le había otorgado un tiempo de luto, y el chico a pesar de sus quejas, lo aceptó. El tiempo sería la única medicina que podría curar la herida de la partida de sus padres.

Pero cuando regresara, sus amigos se encontrarían allí, para él. Porque el haber dicho adiós no significaba un final, el tiempo que los hermanos Wen recordaran a sus padres, con todo su corazón, sería lo único que realmente importara.

Día y noche pasaron hasta que Ning regresó a la escuela, y entonces los días siguieron su curso, uno tras otro.

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Deudas de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora