XX. Deseos y Promesas

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- No tenías que traerme hasta acá, pueden vernos. – Wei Ying estaba colgado del brazo de su novio.

- Pero Wei Ying se puede perder. – Lan Zhan había notado que a su precioso novio le gustaba ser mimado así

- Es que no puedes ser más hermoso y caballeroso. – Wei Ying se acurrucó en Lan Zhan. – Regálame otro beso

- Ahora... - Lan Zhan aún no podía ser tan demostrativo

- O quizás deba tomarlo. – Wei Ying sonrió, pero no fue necesario robar nada, pues Lan Zhan se inclinó y picoteó los labios de Wei Ying

- Entra, hace frío. – Lan Zhan dejó un beso en la frente de su novio y luego envolvió al chico en un abrazo. – Descansa Wei Ying

- Quisiera que te quedaras. – Ying abrazó con más fuerza al Lan. - ¿Y si te meto a mi cuarto a escondidas?

- No. – contestó Lan Zhan con firmeza. – Te daré las buenas noches cuando llegue a mi casa

- Mph. – Wei Ying le hizo un puchero a Lan Zhan. – Bien, pero te costará otro beso

'¿Lo estoy mimando demasiado?'. Pensó Lan Zhan. 'Bueno, solo es un beso'

Luego de muchos besos de despedida, finalmente Lan Zhan vio entrar a su novio a casa y entonces sonrió naturalmente. Rebozaba de felicidad, solo recordar a su novio, la palabra le emocionaba aún más, Wei Ying era su novio y aunque seguía temiendo por su familia, iba a proteger la sonrisa que le daba vida, porque ahora lo único que le importaba era Wei Ying.

- ¿Dónde fuiste? – dijo Sanren cuando Wei Ying entró

- Tu madre y yo estábamos preocupados... pero veo que no debemos estarlo. – continuó Changze

- ¿Y esas flores? – preguntó con emoción Sanren

- Oh, estas... - Wei Ying no dejaba de sonreír. – Son un regalo

- ¿De quién? – la cara sonriente de Changze se había ido

- De un chico. – contestó tímidamente Wei Ying

- Mi amoooor. – Sanren corrió a abrazar a Wei Ying. – Ya veo porque estabas tan desanimado, pero no tengo que preguntarte porque veo que ya todo está arreglado

- Si mamá, soy muy feliz. – Wei Ying abrazó a su madre. – Papá no pongas esa cara, me quiere y lo quiero

- Oh que más opción me dejas. – Changze se unió al abrazo familiar

- Cuéntame todo, ¿de dónde lo conoces? ¿cómo es? ¿cómo se llama? ¿a qué se dedica? ¿Alto, bajo, rubio, castaño? Quiero los detalles

Ambos, madre e hijo se dirigieron al sofá de la sala de estar para hablar con detalle del chico que había conquistado el corazón de Wei Ying, omitiendo claro su identidad, Wei Ying aún no estaba seguro de si lo tomarían bien.

Con cada palabra que salía de la boca de Wei Ying, los padres se encantaban con ese maravilloso muchacho que parecía ser oro puro. Ambos, apoyaban a su hijo y le daban la confianza de que estarían a su lado porque le amaban y querían verlo feliz.

- Pero no me has dicho lo más importante. – dijo Sanren tensando a Ying. - ¿Es tu novio?

- Ah eso... - Ying sonrió ampliamente. – Si, es mío ahora. – rió él

- ¿Y cómo se llama? Deberías decirle que se pase la siguiente vez, quiero estrechar su mano y conocer al hombre que mi hijo eligió

- Si hijo, queremos conocerlo. – apoyó Sanren a su esposo

Deudas de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora