XXX. Estar a tu lado

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'¿Qué hago? Debo haberme vuelto loco.' Wei Ying estaba desconcentrado, desde el día que había confesado para sí mismo que le gustaba Lan Zhan, no dejaba de preguntarse qué hacer ahora. ¿Debía conquistarlo? ¿O debía durar para siempre como un amor secreto? Su cabeza y su corazón estaban haciendo todo un lío desde entonces.

Ver la cara de Lan Zhan ahora no era lo mejor, cada vez que lo tenía frente a frente, sus ojos ámbar le dejaban inmóvil y sus pies tenían que amarrarlo al suelo para no tirarse a abrazarlo. Wei Ying definía lo que le pasaba como una enfermedad nueva que lo aquejaba, pues, no solo era la primera vez que le gustaba alguien, ese alguien, era un hombre igual que él y también se trataba de Lan Zhan.

'De todas las personas en el mundo, ¿por qué Lan Zhan?' Wei Ying daba vueltas y vueltas en su habitación. '¿Y sí se entera? No, eso no puede pasar, no puedo dejar que se entere. Lan Zhan es tan... ¿y cómo podríamos? Aunque... nos veríamos bien juntos, tomados de la mano...'

- ¡No! – gritó repentinamente Wei Ying

- ¡Ya cállate! – alguien golpeó la pared. – No me dejas dormir

El toque de queda ya había pasado, así que era normal que muchos chicos ya estuvieran encamados y listos para dormir, u otros, que ya estaban conciliando el sueño. Los pasos de Wei Ying habían alarmado a su vecino, le agradaba más cuando Shen Qingqiu era su vecino. ¿Pero como no iba a volverse loco cuando había descubierto que se veía tomado de la mano de Lan Zhan? Tanto era su pánico que ni siquiera había ido con Lan Zhan para despedirlo después de sus clases extra. ¿Estaba evitándolo? Sí, pero era por un bien mayor, el suyo.

- No puedo quedarme aquí, si lo hago voy a enloquecer más. – Wei Ying tomó un suéter, sus llaves y su cartera. Abrió con cuidado la ventana de su balcón y saltó al árbol que estaba justo a su alcance, para luego descender. No era la primera, ni la última vez, que se escapaba de Cloud Recesses.

Ahora mismo lo único que podía tranquilizarlo era comer, comer algo extremadamente picante o escandaloso para su paladar que lo hiciera pensar más en eso, que en Lan Zhan. Con mucho cuidado de no ser visto por ningún guardia o profesor, Wei Ying se escabulló con éxito a la salida.

'Aunque pensándolo bien. ¿Por qué Lan Zhan no quisiera estar conmigo?'

- Con solo una mirada y un guiño. – dijo tronando Wei Ying los dedos. – Lo puedo conquistar

- Wei Ying

- ¡Aaah! – apenas se había dado cuenta, Lan Zhan estaba detrás suyo. - ¿A caso quieres matarme del susto?

- Perdón

- ¿No te habías ido a casa? – preguntó Wei Ying

- Mi chofer estacionó lejos, estaba todo lleno. – explicaba Lan Zhan. - ¿No deberías estar en tu cuarto?

- Emmm... - Wei Ying rascó su cabeza.

- Violaste el reglamento otra vez. – aseguró el Lan

- Pero es por una buena causa. – entonces una idea vino a Ying. – Ven, te voy a enseñar mi buena causa

Sin dudarlo mucho, Wei Ying tomó el brazo de Lan Zhan y lo llevó rápidamente al puesto de fideos cercano. Fue un impulso demasiado fuerte como para negarse a ceder a su deseo de mostrarle algo que realmente le gustaba comer a el Lan.

- Siéntate, este lugar sirve los mejores fideos picantes. – Wei Ying se sentó frente a frente con el Lan. – Te vas a morir

- Amm. – Lan Zhan no estaba muy seguro, pero el chico ya había ordenado y no quería arruinar esa bonita sonrisa

Deudas de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora