XIV. Celos

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Baoshan Sanren había recibido muy temprano la llamada de Xue Long. Sonaba muy animado, debían ser buenas noticias, fue lo que pensó Baoshan Sanren. Nunca imaginó que la llamada era para darle el aviso que su hijo, Xue Chéngměi, llegaría esa misma tarde.

La noticia fue una gran sorpresa, Xingchen no había mencionado nada, y si tenía que ser sincera, Xingchen no había dicho absolutamente nada de Xue Chéngměi desde que este se fue.
Al principio su hijo menor se veía deprimido, lo adjudicó a su separación, pero luego la calma y la despreocupada actitud de Xingchen le hizo pensar que algo malo sucedía.

Mas sin embargo, hacía unos meses atrás, Xingchen se veía más feliz, pero jamás había una llamada de Chéngměi, las dichosas cartas jamás llegaban según Pei Lun, nada tenía sentido.
Pero esa tarde al subir al cuarto de su hijo, verlo contento, apresurado por arreglarse, tranquilizó el corazón de Baoshan. Seguramente ya lo sabía, pensó ella, pero que equivocada estaba.

Al terminar la llamada de su hija, Pei Lun le informó que Xingchen ya había dejado la casa. La comida de bienvenida que Baoshan Sanren organizó quedó lista y los Xue llegaron esperando ver a Xiao Xingchen a su lado.

Baoshan no sabía porque si Xingchen se suponía sabía que Chéngměi regresaba, según los Xue, no estaba allí para recibirlo. Ya entrada la noche, la llegada de Xingchen fue extraña, el joven venía sonriendo, su cara soñada y su mirada inmersa en sus pensamientos.

Los Xue también se encontraron con expresiones extrañas, Xingchen ni si quiera los había notado en el comedor, sólo pasó como si nada. Si no hubiera sido por los Xue que insistieron, sino hubiera sido porque Xiao bajó emocionado. Nada de lo que estaba pasando hubiese pasado.

- Mi amor, te extrañé tanto. – Xue Chéngměi jaló a Xingchen a sus brazos, encerrándolo entre sus brazos. - ¿Viste el mensaje que te mandé?

- Míralos, tan enamorados. – dijo la señora Xue. – Es un reencuentro tan romántico
Xingchen se quedó helado, lo menos que esperaba era reencontrarse con Chéngměi. Su noche había sido tan perfecta, y estaba arruinándose, pero lo más terrible era que al estar tan cerca, aún podía sentir el olor a la sangre de Jiarong.

- Suéltame. – Xingchen se separó bruscamente. - ¿Por qué?

Todos los presentes estaban estupefactos, la reacción de Xiao Xingchen era todo lo contrario a lo que esperaban. Chéngměi sonrió nuevamente y tocó la barbilla de Xiao intentando acercarse nuevamente.

- Sé que te sorprendí... - Chéngměi no pudo terminar su oración, cuando se dio cuenta Xingchen ya había salido de la casa

- ¿Pero qué pasó?

- Voy a hablar con él. – Baoshan estaba dispuesta a saber la verdad de una vez por todas
- No señora, yo iré, tuvimos una pelea, fue mi culpa y es mi responsabilidad arreglarlo. – mintió el chico

Xiao Xingchen caminaba de un lado a otro, como podía imaginarse que su exnovio, el chico que más le hizo daño, había regresado. 

- ¿Podemos hablar?

- Tú y yo no tenemos nada de qué hablar. – Xingchen intentó irse

- ¿Por qué no respondiste mis mensajes? – preguntó Chéngměi enojado, tomando del brazo a Xingchen 

- No me toques. 

- No hagamos un escándalo, terminemos la cena y...

- Y le decimos todo a nuestros padres. – Xingchen ya no podía fingir más

- ¿Estás loco? No

- Entonces les diré yo. – Xiao estaba decidido a decir la verdad

- ¿Enserio? ¿Ahora? Justo cuando mis padres y tu madre acaban de firmar un contrato. - Xue Chéngměi se apoyó en el auto de Xingchen 

Deudas de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora