III. Aferrarse A Algo

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- Te llevo a tu casa. – Chéngměi se levantó de su lugar

- No es necesario. – Xiao Xingchen no quería ser una molestia

- No era una pregunta. – Xue Chéngměi pagó la cuenta y ambos se fueron en el auto del menor

- Bienveni... Oh eres tú, llegas temprano. – Luhan le indicó a Song Lan que hacer

- ¿Hubo muchos clientes? – Song Lan comenzó a ponerse el delantal y los guantes

- No, sólo una pareja, ¿por qué siempre te pones guantes? – Luhan había observado el comportamiento de su nuevo compañero

- Es más higiénico. – contestó Song Lan saliendo de detrás de la barra para ir a recoger la mesa

- Eres muy interesante Song Lan. – rió Luhan

Song Lan recogió las tazas y platos en la mesa y los llevó dentro, después los lavaría. Luego con un trapo húmedo comenzó a limpiar la mesa, pero mientras lo hacía notó que había un bolígrafo junto a la pata de la mesa.

- ¿Qué es esto? – Song Lan tomó el bolígrafo y lo observó a detalle. –"Cangse Xingchen." – leyó la grabadura en el costado del bolígrafo

- ¿Qué es eso? – Luhan se acercó a ver la razón por la cuál su compañero se había parado

- Nada. – Song Lan ocultó el bolígrafo y siguió trabajando como si nada

- Bien. – Luhan se quedó observando el rostro de Song Lan. – Cuando acabes con eso alcánzame en la bodega, hay que acomodar unas cosas.

- Uhm. – Song Lan siguió con lo suyo, pero una vez que vio que su compañero se había ido, volvió a sacar el bolígrafo. – Xingchen...

| - Aún en la amargura hay cosas dulces en esta vida...

- ¡Xingchen! |

Song Lan suspiró oprimiendo el bolígrafo en su mano, quizás sólo se estaba sugestionando, queriendo aferrarse a alguien que sólo vio por unos minutos. A pesar de saber eso, Song Lan tomó el objeto olvidado y lo guardó cuidadosamente en su bolsa. Si alguien iba por él, y si era ese chico, al menos podría darle las gracias.

- Bienvenido... - Song Lan paró su saludo al notar que Chen Liuying era quien entraba.

- Hola... - Chen Liuying entró un poco avergonzada

Desde aquel día, Song Lan y Chen Liuying no habían vuelto a hablar, pero era necesario, Si Ming tenía razón, no podía seguir haciéndole falsas ilusiones a su amiga.

- Siéntate, te serviré algo. – Song Lan caminó hacia la bodega para avisarle a Luhan que lo seguiría luego

La atmosfera era muy incómoda, pero si no hablaban ahora, nunca lo harían. Liuying aún tenía una esperanza en su relación, estaba consciente de que lo que dijo Song Lan era verdad, ellos no estaban en una relación oficialmente, pero no era justo que Song la tratara de la forma en que lo hizo.

- Toma. – Song Lan puso en la mesa un café helado y luego se sentó frente a ella. – Lamento haberte gritado...

- No, fue mi culpa, has tenido... muchas cosas de las cuales preocuparte y yo sólo...

- No, no, aun si fuera así, no debí hablarte de esa manera. Has hecho tanto por mí. – Song Lan inhaló profundo antes de continuar, pero Liuying lo interrumpió

- ¿Sabes que todo lo que hago es porque estoy realmente enamorada de ti? – Liuying estiró su mano para tomar la de Lan, pero este se puso tan nervioso, aún si llevaba los guantes puestos, no estaba seguro de dejarse tocar por Chen Liuying

Deudas de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora