Deudas de Sangre

II. Alguien Que Me Comprenda

- Oye, vas a enfermarte si sigues allí empapado

Xiao Xingchen vio el paraguas que se le estaba ofreciendo, se sentía muy apenado, la imagen que daba ahora debía ser lamentable como para que el chico frente suyo dejara su orgullo de lado.

- No es necesario Xue Chéngměi, estoy bien así

- Por favor, deja de ser un terco y sube. – Chéngměi se hizo a un lado dejando ver su auto

- Está bien. – Xiao Xingchen caminó a un lado de Xue Chéngměi debajo del paraguas.

Song Lan vio aquella escena y giró al lado contrario, ese chico tenía a alguien que lo procuraba, igual que todos. Con ese sentimiento dulce y amargo en su boca que permaneció todo el camino de vuelta a su departamento, Song Lan siguió sin mirar atrás.

La lluvia no paraba, a pesar de que más temprano se veía un cielo azul y despejado. Xiao Xingchen miraba por la ventana a una distancia considerable de Xue. No hubiera aceptado a subir, pero ya sentía el frío sobrepasar sus ropas y no era bueno.

Xue Chéngměi seguía concentrado en su teléfono y eso es lo que más le irritaba a Xiao Xingchen, ni siquiera se había disculpado, sólo le había dado pena.

- Puedes bajarme aquí, gracias. – Xiao habló con calma. – No quiero molestarlo más joven Xue

- No hagas esto por favor, se que estás molesto, pero no seas así. – Chéngměi negó a su petición

- De verdad, no quiero seguir molestándolo. – pero eso solo lo hizo sentir cada vez más molesto

- De cualquier forma ya estás aquí. – Chéngměi regresó a su teléfono, parecía más interesado en eso.

- No, estoy incómodo. – el ambiente era insoportable. – Por favor, pare aquí. – le indicó al chofer. – Ahora

Ni bien se paró el auto, Xiao Xingchen se bajó sin esperar un segundo. Tomó sus cosas, las resguardó de la lluvia y quiso seguir su camino. Sin embargo sintió que alguien lo tomó por el brazo.

- No te vayas. – Chéngměi no podía dejarlo ir así

- Yo estaré bien, siempre...

- ¡Xiao Xingchen! – gritó Xue Chéngměi preocupado cuando el mayor se desvaneció en sus brazos. Su cara estaba algo roja y estaba ardiendo. – Qu Fang ayúdame

Xue Chéngměi pidió a su chofer que lo llevaran a su departamento, no podía llevarlo a su casa o su madre lo asesinaría al ver lo que pasó, y ni siquiera pensar en llevarlo donde Baoshan Sanren.

Con cuidado Chéngměi recostó a Xiao y le indicó a Qu Fang que condujera rápido. Lo había planeado tanto y lo arruinó, su madre lograba sacar lo peor de él y Xiao sólo recibió ese lado a pesar de que trató de ocultarlo. De alguna forma terminó buscando desesperadamente al chico cuando empezó a llover, y luego todo el camino Xue Chéngměi intentó disculparse.

Chéngměi dejó de lado su teléfono y tocó la frente de Xiao Xingchen, parecía que algo más le dolía, pues podía escuchar leves quejas. Chéngměi logró ver por la pantalla un mensaje, pero no le importó, ahora sólo quería que Xiao estuviera bien

[CANYANG: Es fácil, sólo sé sincero ✔✔]

[Lo dices así de fácil, pero la cagué✔✔]

[CANYANG: Si le explicas que te retrasaste por el tráfico, entenderá. Además, ¿no estabas muy emocionado desde la fiesta ✔✔]

[CANYANG: Dijiste que te agrada y por eso lo invitaste a salir ✔✔]

[Pero está tan enojado, ni siquiera me mira✔✔]