Deudas de Sangre

IV. Quiero Seguir Adelante

Todos los días, al ver el sol brillar a través de la ventana, Song Lan no encontraba nada por lo que sonreír nuevamente. Las personas que lo amaban y se preocupaban por él, se habían ido. Aquel departamento se sentía frío a pesar de que la calefacción estaba puesta, pero la fuerza que permitía a Song Lan seguir adelante, surgía de algún raro lugar dentro suyo.

La nueva rutina de Song Lan comenzaba a adaptarse día tras día, levantarse temprano para correr, luego darse un baño y tomar su desayuno. Limpiaba la casa minuciosamente y luego se preparaba para ir al trabajo.

"Yi Cheng" café era un lugar no muy lejos de su hogar, además de que no había mucha concurrencia, lo que permitía que Song Lan estuviera menos nervioso al atender las mesas. Los únicos días en los que podía vivir un infierno, eran los fines de semana.

Un fin de semana, como ese. Pareciera como si todos en el distrito se hubieran puesto de acuerdo para ir ese día. Song Lan había omitido su "leve" misofobia, con la cual había vivido desde niño. Con ayuda de sus padres aprendió a vivir como cualquier otra persona normal, pero ciertamente había cosas y días en los que no lograba comportarse como el resto.

Su tolerancia había incrementado con los años, pero una de las cosas que no soportaba, además de ver suciedad en las cosas, era que lo tocaran y estar rodeado de los desastres ajenos.

Con todo su esfuerzo, comenzó a servir las mesas una a una con ayuda de Luhan. El chico era menor, apenas cursaba su segundo año en arquitectura, de vez en cuando llevaba sus modelos o sus tareas al trabajo y Song Lan había tenido que trabajar para cubrirlo, cosa que no le molestaba en demasía, pues necesitaba el dinero y no tenía nada que hacer.

Esto los había vuelto de cierta forma cercanos, Luhan había notado la especial condición de Song Lan, que aún sin saber el nombre, sabía lo incómodo que se sentía Lan.

- Déjalo, ve a la barra a descansar. – Luhan procuró no tocar a Song Lan y le quitó la libreta de órdenes. - ¡Li Jian! Cambiaré con Song Lan

Song Lan suspiró aliviado, las cosas se estaban poniendo difíciles para él, era afortunado de tener un compañero como Luhan. Luego de acomodarse detrás de la barra, empezó a preparar las órdenes que su compañero tenía pendiente, mientras Li Jian cobraba en la registradora.

La tienda era un verdadero caos ese día, detrás de la barra, Song se sentía como en las trincheras de una guerra.

- Tranquilo. – Luhan sorprendió a Song Lan. – Sólo será una hora y te aseguro que este lugar quedará vacío

- Eso espero. – y de verdad que lo hacía o le daría un ataque de ansiedad en medio de la tienda

- Dame un americano y dos moca, y relájate. – Luhan le guiñó un ojo a Song Lan

- Wow, más evidente no puede ser. – dijo el chico de la registradora, Li Jian

- ¿Evidente? – Song Lan comenzó a hacer los cafés. - ¿De qué hablas?

- Gracias por venir. Es obvio, le gustas a Luhan. – Jian no era ciego a los coqueteos evidentes del menor

- Para nada.

- Dime una cosa Song Lan, ¿cómo es tu tipo? ¿Hombres o mujeres? – Jian cobraba al mismo tiempo que hablaba

- Eso no interesa.

- ¿Leche entera o descremada?

Las cosas se mantuvieron con el mismo ritmo durante un tiempo, ahora Song Lan no podía dejar de ver hacia Luhan ¿su tipo? ¿cuál era exactamente su tipo? Nunca se había puesto a pensar algo como su tipo, pero ahora que estaba en eso.