DÍA 22 (EL ÚLTIMO DÍA DE VACACIONES)

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Eran las ocho de la mañana cuando despertamos, ambos estábamos uno al lado del otro, ambos sentíamos lo maravillosos que sería este día, pues en este último día de vacaciones habíamos decidido estar juntos, un tiempo para nosotros y nadie más, Barbara me miraba con ternura, ella realmente sacaba lo mejor de mi una hermosa vida nos espera, ella y yo, ambos tan diferentes y tan comunes, ambos al fin habíamos encontrado nuestra otra mitad, como dice en la palabra, el hijo dejará a su padre y a su madre para unirse con su mujer y juntos formarán una sola carne, eso ahora lo estábamos viviendo, uno sin el otro no era nada.

Eran las nueve cuando por fin nos decidimos levantarnos, preparar juntos un deliciosos desayuno, hoy todo lo haríamos juntos, yo Crosh juro que nunca la iba a abandonar, nunca la dejaré, porque ella es Barbara, la chica de mis sueños, este último día será para ella, le había propuesto irnos a cenar esta noche en algún lado, ella sonrío, asintió y me dio un fuerte abrazo diciéndome un "Gracias", yo me había quedado sin palabras, pero ella sabía lo que sentía, sabía que mi confianza era muy elevada, mis energía estaban subiendo poco a poco de vuelta, que giro dio mi vida desde que ella llegó a mi, desde que tú llegaste todo mi mundo se volvió de colores, aquel mundo en que era blanco y negro, aquel mundo en donde casi no tenía energías, ahora me encuentro en un mundo de color de rosa, un mundo perfecto a pesar de todo, bueno, la perfección es cuando estás en el sitio, momento y con la persona correcta, porque perfección como tal no existe, ya que cada cosa es imperfecta solo Dios es perfecto, solo él tiene la autoridad de decir quién es quién y cuando uno se va.

El desayuno nos había quedado delicioso, la verdad ambos hacíamos un gran equipo, una gran aventura nos esperaba, una gran lección, mucho aún por aprender uno del otro y el misterio del amor, de aquel amor que iba fluyendo cada día más, solo esperaba que este amor nunca deje de crecer.


BARBARA:

Era la hora del almuerzo cuando Crosh me preguntaba que podíamos cocinar, yo la dije que se fuera a grabar para no tenerles abandonados a sus suscriptores y más a mi impaciente hermanito, esta vez yo me encargaría del almuerzo, era lo menos que podía hacer, él para mi era perfecto, era alguien que me comprendía a la perfección, lo amaba tanto que decido preparar su comida favorita, solo esperaba que me saliera súper bien, primero revisaría un libro de recetas ya que ahí estaba lo que a él le gusta, solo espero que me salga como la imagen que se encontraba en el libro, no tenía palabras para darle gracias a ese chico por cambiar mi vida, por hacerme sentir amada y amarme tanto, él tenía un gran corazón, un corazón sincero, lleno de alegría, fuerzas, a veces le veía desanimado pero él siempre lo ocultaba muy bien.

Crosh era un poco igual a mi en ciertos aspectos, por ejemplo en ocultar algunos sentimientos negativos o positivos, nadie puede saber a quién persona le gusta o quien persona lo le cae bien, él solo lo respeta, ignora cualquier sentimiento negativo, lo mejor de él es que nunca se rinde a pesar de todo, él siempre lucha hasta el fin, hasta conseguirlo, gracias a Dios él ha cambiado muchísimo, bueno la verdad no creí en su historia, ya que él era un poco vanidoso ya que tenía un canal grande, ahora es tan humilde, tan reservado, lindo, inexplicable lo que Dios ha hecho de él, solo quedaba decir las maravillas que hace ahora, lo buen ser humano que es, lo atento que era.

El día había pasado como un cuento de hadas, ahora yo me encontraba preparándome para ir a cenar con mi príncipe azul, solo esperaba que todo saliera bien, él ya estaba listo, pues este último día de vacaciones era de nosotros, prácticamente ignoramos las llamadas de nuestros amigos, espero que lo entendieran, bueno mi equipaje ya estaba todo listo, ya que después de esta cena yo iría directo a mi casa, a mi dulce hogar después de casi todo el periodo de vacaciones estando fuera, ahora yo volvería a casa, pero ya no me sentiría sola, porque ahora volvía a casa para estudiar, trabajar y tendríamos una cita telefónica cada noche, solo esperaba que las cosas saldrían bien, él era un gran estudiante, de eso estaba segura.

Al subir al coche él pone la radio, una música romántica estaba sonando, era el ambiente perfecto, este era uno de mis cuarenta días desde que había empezado todo, este era el día 22 es decir mi vigésimo segundo día favorito del año, confío en que todo saldría bien, a su lado todo era posible.

Llegamos a un lujoso restaurante, estacionamos y yo me había quedado muy sorprendida, pues era el mejor restaurante del país, nunca había pisado este sitio y ahora mi novio me trae, es como si fuese que él tiene mi lista de deseos, no lo podía creer, él me abre la puerta para que salga, todo iba muy bien, me agarra de la mano, juntos caminamos hasta la recepción en donde ya nos estaban esperando, ya que él había hecho una reserva, solo esperaba que todos saliera muy bien.

El músico ambientaba el local, era un ritmo suave, alegre y romántico, yo estaba junto a él, muchas personas nos miraban, algunas chicas se acercaban para sacarse una foto con él, escuchaba de vez en cuando que me tenían envidia, ya que públicamente él había dicho quién era yo, yo soy la persona más importante de su vida, estaba en segundo lugar, pue primer lugar ocupaba Dios en su vida y en la mía también, ya que él nos había puesto junto al otro para cuidarnos, protegernos y amarnos, porqué no hasta la muerte, yo soñaba con casarme con él, pero aún faltaba mucho para que tomáramos esa decisión.

Ya todo había terminado, yo aquí en mi casa, él recién se había ido, pues tocaba regresar temprano a casa porque mañana sería un día muy pesado, sería nuestro primer día en la universidad, bueno, su primer día como estudiante de Medicina, todo iría bien, confiábamos en Dios porque solo él tiene la potestad de romper esta relación, seguro que pasaremos por muchas cuerdas flojas, pero con nuestra comunicación todo saldría muy bien, bueno, ordeno todo y me meto a la cama para descansar y comenzar un gran día.

Cuarenta DíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora