Día 10 (Soledad)

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Al despertar por la mañana del día domingo Crosh despiera con un sentimiento enorme de soledad, él nunca se había sentido tan solo, pero el miedo de que Barbara la rechaze era algo que debía de superarlo para dar el primer paso, los días en que ellos pasaron juntos fueron mágicas, pero ambos descubrieron que se gustaban, sin embarno ninguno quiere arriesgarse al rechazo del otro, palabras que no dirán nada, serán simplemente amigos o conocidos, ellos tarde o temprano deberán enfrentar sus sentimientos antes que sea demasiado tarde.

Barbara al despertar recordaba aquel día en que Crosh le había llevado un desayuno perfecto, pues ella lo adoraba, quería abrazarlo, quería que lo volviera a abrazar, ella nunca sintió su rechazo, sin embargo había algo de inseguridad en ella que lo alejaba, quizás ambos estarían felices si uno es feliz, solo que Crosh promete ser feliz cuando ella encuentre la persona correcta, él lo dejará ir, sin embargo Barbara promete ser feliz aquel día en que él se de cuenta de su verdadero amor, el amor que ella siente por él, aquella soledad que está matando a ambos, ambos tienen miedo que el otro rechaze aquel corazón, tienen miedo de sufrir, de volver a caer en aquella oscuridad que ambos habían caído, aquella soledad que están volviendo a sentir, ambas partes ahora sufren de una inmensa soledad, pero no se dan cuenta, Barbara cuando al fin fue a ducharse, después de hechar algunas lagrimas, sonrisas fantasiosa, por otro lado un Crosh que desde pequeño se sentía solo, pero ahora esa soledad se multiplicaba, él no entendía del porque, si siempre había estado solo, sin apoyo de nada ni de nadie, su mejor amiga la había abandonado, la chica con quién él en un pasado pensaba en casarce con ella, la chica a la cual el siguió, hasta abandonó su verdadero sueños para ir junto a ella, para conseguir su amor, sin embargo en un abrir y cerrar de ojos todo había acabado, ella había ido a España, él quedó en oscuridad, de no ser por su mejor amigo, tal vez no se hibiera recuperado y ser lo que es, pues de cada caída, de cada error se aprende mucho más, por eso él se sentía solo, desde pequeño, nunca conoció al verdadero amor, nunca le esneñaron a amar, a arriesgarse por lo que amaba, simplemente era uno más en el montón, pero eso podría cambiar, pues aquella organizadora y futura médica había sido la razón de su tristeza, ella le había robado el corazón, él tenía miedo de lastimarla, pues optó por lo más “seguro”, sin embargo ahora la soledad invadía su corazón.

Barbara debía de preparar un tema para mañana lunes, las ganas le faltaban al recordar aquella noche en que preparaban juntos los temas, aquel estudio de grabación que se había convertido en un salón de clases, uno privado en donde el profesor era muy sexi, cariñoso, un caballero, chicos como él ya estaban por acabarse, pues en este mundo solo sobraban aquellos que lastiman, aquellos que te engañan, ella estaba sola, pues la verdad nunca se sintió tan sola como en esta mañana, una mañana silenciosa, vacía, fría y desesperante, el siencio de su morada hablaba más que mil palabras, la tristeza le consumía, pero ella debía de entender que solo era un chico bonito, caballeroso a quien debía de ayudarlo, ella lo había hecho y ahora era el momento de dejarlo ir.

Crosh estaba repasando cada momento con ella, cada clases que habían dado, tal vez fueron poco el tiempo que estuvieron juntos, pero él sabía que llegó el momento de estar de nuevo solo, de que su compañera sea de vuelta aquella soledad con la que atesoraba cada mañana, solo él contra un mundo ya quebrado, solo él, aunque sabía que Barbara era alguien única, era uno en cien millones de personas, pero sabía o quería saber que eran solo mejores amigos, nada más, unos amigos que pronto se separarían, las vacaciones en la facultad de medicina de aproximaban, eso sería que el cursillo sería más intenso, también sabía que Barbara iría a pasar las vacaciones con su madre, muy lejos, sería el  tiempo perfecto para olvidarla, o tratar de olvidar los pocos momentos que habían pasado, aquellos momentos de oro.

Eran las 10 de la mañana cuando Barbara decide romper el silencio y envía un mensaje a Crosh, él estaba estudiando química, de pronto un sonido en su celular lo saco, tembló al ver un ensaje de ella que decía:

Barbara: te quiero ver

El estaba confundido, solo quería estar solo, quería dejar de pensar en ella, ella no se la ponía fácil de pronto le llego otro:

Barbara: quiero verte aunque sea una última vez antes de que vaya a pasar las vacaciones junto a mi madre.

Él ya con el alma rota por la insistencia buscaba las palabras para decirle que era mejor que no nos vieramos, ya que él sabía lo que sentía por ella, pero no lo que ella sentía por él, tenía miedo de que no sea lo que él espera, que lo desprecie, que  se separen por culpa suya por el resto de su vida, entonces escribe algo, una excusa para no verla:

Crosh: Uh, perdón pero hoy debo de hacer mis tes, preparar un video para mi canal, quizás nos volvamos a ver después de tus vacaciones o quizás el lunes.

Crosh sabía que el lunes ya se iría, por eso había dicho eso, pero no esperaba su respuesta hasta que 10 minutos después le había contestado.

Barbara: Ah, esta bien, pero el lunes yo ya no estaré aquí, ya estare libre, por ende me ire este lunes en casa de mi madre, bueno, espero que pases el examen, ya que cuando vuelva ya se habrá rendido todo, volveré en marzo del año que viene.

Crosh se lamente y le responde:

Crosh: Gracias, pespero que te vaya todo muy bien tambien a ti, que encuentres algo grandioso a donde vas.

Le dolió decirlo pero lo ha hecho, él volvía a aquella soledad que estaba acostumbrado, bueno ahora solo quedaba acostumbrarse a aquel dolor interno y dar lo mejor para ingresar a la univarsidada, solo Dios y el tiempo decidía lo que podía pasar.

Cuarenta DíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora