P2 - Capítulo 17

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"¿Dónde estoy?¿cómo llegué aquí?"

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"¿Dónde estoy?¿cómo llegué aquí?"

La poca luz del lugar no me dejaba distinguir, comencé a caminar y ante el movimiento, las antorchas que estaban en la pared se encendieron, dejándome mirar claramente el lugar. Lo reconocí de inmediato, el templo de la diosa Ōtsutsuki, durante mi niñez había venido a hacer oraciones y entregar ofrendas.

Era una habitación enorme, hecha completamente de piedra con grabados y adornos en las paredes. Hasta el fondo se encontraba la gran estatua de la diosa sobre un gran altar, era una mujer con dos cuernos en la cabeza, o eso recordaba recordaba de ella.

—___

Mire hacia todos lados, era la voz de una mujer desconocida para mi, se escuchaba como un susurro. Busqué con sentido sensorial y no logré sentir nada.

Volví a escuchar la voz llamándome, pero un poco más fuerte, si mi oído no me fallaba, provenía de atrás de la estatua.

Al llegar no había nadie, sólo una pared con un grabado de plantas alrededor de un recuadro como de mi tamaño y en medio había una hendidura en forma de mano.

"Parece una puerta, pero sin manija, o tal vez..."

Sentí la necesidad de colocar mi mano en la hendidura, algo dentro de mí me pedía a gritos que lo hiciera.

Justo cuando mi mano se acercó a la pared abrí mis ojos. No estaba en el templo. Estaba en el suelo de la sala con una almohada abrazada.

Los rayos de sol entraban por la ventana, iluminando todo el lugar.

—¿Ya desperté? ¿Era un sueño? ¿Cómo sé que ya no estoy soñando?

—A menos que los dos estemos soñando lo mismo, este es el mundo real.

La voz de Itachi venía del comedor, a juzgar por el ruido y el olor, estaba picando tomate y cebolla para cocinar el almuerzo, la agilidad con la que se movía a pesar de tener una venda sobre los ojos, me asustaba.

Con un gran esfuerzo me levanté y acomodé el futón sobre el que dormía. Después de lavarme la cara y los dientes regresé a ayudar con el almuerzo.

—¿Necesitas ayuda con algo? —pregunté mientras miraba como revolvía los huevos con las verduras.

—Sólo prepara la mesa, yo prepararé esto de inmediato.

Hice lo que se me había encomendado, aun pensando en el sueño que había tenido, no era un sueño normal, lo sentí tan real. Algo había en ese lugar y tenía que averiguarlo.

 Algo había en ese lugar y tenía que averiguarlo

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