"Aunque no me vea junto a ti en el futuro, te amaré, porque ahora soy capaz de hacer todo por amor, pelearé contra mi destino para poder estar junto a ti."
¿Será posible cambiar la historia de mundo shinobi?
______, es una chica llena de alegría...
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"¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que visité este lugar?"
Esta pregunta, y cientos de recuerdos, rondaban en mi cabeza mientras recorría con mi mirada, las telarañas que adornaban las esquinas de las paredes de madera de mi antiguo hogar.
—¿Dónde estamos? —preguntó el Uchiha, su voz hizo que volviera al presente, por un momento había olvidado que lo traje conmigo.
—Bienvenido a la residencia Tenki, mi antiguo hogar —dije mientras con mis manos señalaba todo el lugar.
—Al parecer, está ... abandonado.
Asentí, dándole la razón a lo obvio de identificar, muebles llenos de polvo, telarañas en las esquinas y pisos rechinantes cuando caminabas. Me acerqué a la salida, el azabache aún seguía explorando el lugar con su mirada.
—Sígueme, hay un lugar que debo visitar —dije, llamando su atención.
Salí de la casa y empecé a caminar por pequeñas calles desoladas, parecía una escena de película de terror, lo único que se escuchaba era mis pisadas y las de alguien siguiéndome, mi acompañante.
A varios metros se distinguía un prado, sería un lindo lugar para descansar si no fuera por las cruces que representan las lápidas de las casi cien personas que habitaban en la pequeña aldea, caminé entre estas llegar a las últimas dos, estas tenían flores a su alrededor, flores que yo sembré la última vez que vine.
—Mamá, papá, lamento no haber venido en mucho tiempo, he estado muy ocupada. Ahora soy una kunoichi, jamás pensé que lo sería —voltee a ver Sasuke por un segundo para después volver a poner mi vista en las dos lápidas frente a mí—les presento a mi amigo, se llama Sasuke, le pueden decir Saski, no le molesta; es un buen chico, prodigio de su generación, es...el primer amigo al que traigo a conocerlos.... Quisiera hablar más tiempo, pero ahora no puedo, tengo que irme... prometo que vendré a verlos pronto para contarles cómo me ha ido.
Me quedé unos segundos viendo las lápidas de mis padres, realmente quisiera poder hablar con ellos cara a cara, que me escucharan de verdad.
—Si necesitas tiempo a solas, puedo esperar en tu casa —propuso el azabache.
—Gracias Saski, pero no es necesario, tenemos una plática que terminar, regresemos, en el camino responderé tus preguntas.
—Bien, vamos.
Salimos del prado para adentrarnos a las calles, en cada paso que daba, aparecían imágenes de las personas que antes vivían ahí, saludándome, como antes lo hacían cuando paseaba de la mano de mi padre.
Recuerdos, lo único que hacían era decirme que soy una cobarde que no luchó por su familia. La voz de Sasuke llegó a mis oídos, haciendo que toda imagen se esfumara de mí mente.
