Capítulo 19

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Mi espalda comenzaba a doler, y cómo no, si tenía al rubio hiperactivo como trapeador por la calle

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Mi espalda comenzaba a doler, y cómo no, si tenía al rubio hiperactivo como trapeador por la calle. Me había ofrecido para ayudarlo a caminar por la mala condición que tenía gracias a las misiones y sus ganas de superar a cierto azabache.

—¡Eso te pasa por hacerte el duro! —gritó Sakura con su puño en alto, ganas de golpear a Naruto no le faltaban.

Y la Florecilla tenia razon, él Uzumaki quería pasear al perro más grande y terminó en un campo minado.

—No nos da más que problemas —fueron las palabras del Uchiha.

Pude sentir como los músculos de Naruto se tensaron, volteé a ver su rostro y el enojo era completamente visible, no pasó ni un segundo y ya estaba detras de Sasuke para enfrentarlo.

—Aaaghh...¡REPITE ESO SASUKE! —gritó el rubio.

—Ay, ay... últimamente le trabajo en equipo brilla por su ausencia —dijo en voz baja el jounin encargado del equipo.

La verdad era esa, siempre estaban peleando, pareciera que Sasuke no está interesado en seguirle el juego a Naruto, pero todos sabíamos la verdad; no se va a dejar vencer por el Uzumaki.

—¡Es tu culpa que hayamos perdido el espiritu de equipo, Sasuke!, ¡siempre estas haciendote el interesante! —Sasuke ni siquiera lo volteó a ver, siguió caminando como sin nada.

—El que hace eso eres tú, cabeza hueca, si lo que quieres es que deje de ayudarte  —giró la cabeza para ver al rubio —es muy sencillo, hazte más fuerte que yo.

Y ahí van de nuevo peleando por todo, esos chicos me van a sacar canas verdes.

"Se llevan peor que antes"

Volteé a ver a Sakura y ella asintió en señal de haber pensado lo mismo que yo, últimamente nos está pasando; nos entendemos con la mirada. Al menos, no todo el equipo está fracturado.

—Bueno, ya esta bien por hoy, tengo que llevar el informe de la misión —habló el peliplata, captando la atención de todos.

—Entonces iré a la casa y prepararé algo de comer, no llegues muy tarde —contesté  —nos vemos chicos.

Alcé mi mano en señal de despedida y empecé a caminar en dirección a mi casa, avancé algunos metros y el grito de mi mejor amiga me detuvo.

—¡Espera  ___, vamos juntas! 

Esperé a que se acercara pero ella no llegó, me giré para gritarle que se apurara y ví que el Uchiha la había detenido para decirle algo; no pude escuchar por la distancia.

—¡Lo siento, recordé que tengo algo que hacer por allá! —gritó mientras señalaba al lado opuesto a mí.

Sólo asentí como afirmación y seguí caminando, sintiendo la presencia de cierto azabache acercándose.

A través del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora