P2 - Capítulo 20

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Lo primero que vi al abrir mis ojos fue el techo blanco del hospital, me incorporé un poco y vi a cuatro personas dormidas en la habitación

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Lo primero que vi al abrir mis ojos fue el techo blanco del hospital, me incorporé un poco y vi a cuatro personas dormidas en la habitación.

Sasuke estaba junto a la cama con su mano sosteniendo la mía y la cabeza recargada en el colchón. Kakashi estaba sentado en un silla frente a mi, igual dormido y a su lado se encontraba Itachi. Finalmente, en el suelo estaba profundamente dormido mi rubio favorito.

Solté cuidadosamente la mano de Sasuke y me serví un poco de agua que estaba sobre la mesita a mi lado, un leve dolor en la muñeca me indicó que tenía suero inyectado de forma intravenosa.

Comencé a acariciar el cabello de Sasuke mientras tomaba del agua, a juzgar por el poco sol que entraba por la ventana, apenas comenzaba a amanecer.

Me levanté cuidadosamente, estuve a punto de caerme, por lo que comencé a gatear hasta salir de la habitación. Una vez fuera comencé a levantarme y a hacer una serie de estiramientos para recuperar la movilidad de mi cuerpo, autoevaluandome, calculaba que en unos días volvería a andar como sin nada.

Caminé hasta mi pequeña oficina y me dirigí a revisar los expedientes de los casos de Sakura, encontrando uno con mi nombre.

—Cuatro días inconsiente —me dije —, es un milagro que pueda caminar a pesar de todo el daño que recibieron mis músculos —toqué mi cuello y ahí estaba el collar —, seguro esto tuvo que ver con mi recuperación.

Busqué un poco de ropa que siempre guardaba en mi loker, entré al baño y me arreglé. Cuando salí de la oficina, el hospital era un caos, como cuando se pierden los pacientes.

—Creo que me están buscando.

Miré a Kakashi en el extremo del pasillo, le hice una señal con la mano y, cuando vi su expresión de enojo no pude hacer otra cosa que huir de él. Al no poder correr más rápido que el Hatake me teletransporté a la oficina Hokage, provocando que Tsunade gritara por el susto y luego me abrazara.

—¿De quién te escondes, jovencita? —dijo mientras me abrazaba —, me llamaron hace un rato para ver si estabas aquí.

—De Kakashi, esto me costará como mínimo un mes de limpieza y dos lavando la ropa. ¿No podemos negociar con horas de hospital?

—Me temo que no, esta vez no creo poder librarte de tus castigos —respondió la Senju separándose del abrazo —. No puedo creer que mi alumna más brillante también sea la más problemática.

La puerta sonó y yo sabía quiénes estaban detrás, después fue abierta sin ninguna preocupación entrando el Uzumaki directo a abrazarme.

—Nos has dado un susto, de repente Sasuke me despertó tirandome un vaso de agua regañandome por no haberme dado cuenta que te habían secuestrado, después Kakashi-sensei estaba enojado diciendo que tú te habías escapado y que seguramente estabas aquí.

A través del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora