"Aunque no me vea junto a ti en el futuro, te amaré, porque ahora soy capaz de hacer todo por amor, pelearé contra mi destino para poder estar junto a ti."
¿Será posible cambiar la historia de mundo shinobi?
______, es una chica llena de alegría...
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La visita de Sai había terminado, se fue del consultorio después de dejarme un poco de ramen para comer. Agradecía que Sakura y yo tuviéramos consultorios separados, ahora podía comer lo que quisiera sin que me regañara.
En medio de mi disfrute con el ramen, alguien tocó la puerta, por su chakra sabía de quién se trataba, la persona de la que habíamos estado platicando el Paliducho y yo.
La puerta se abrió después de gritarle que entrara, cerró con seguro y se sentó en una de las sillas de pacientes. Vestía una simple camisa y jeans ajustados, quería provocarme.
—Me gustaría una consulta, doctora —su voz seductora me obligó a cruzar las piernas —, me duele todo el cuerpo, ¿le gustaría revisar?
"Control, ven a mí"
—No podría hacer eso a menos que sea menor de edad, esta clínica es para niños —respondí, luego sonreí de forma pícara —, pero puedo hacer una excepción y dejarle de receta que su novia lo haga.
Saqué una de mis recetas y escribí:
"Chequeo de cuerpo completo y masaje, una vez cada que el paciente presente dolores corporales"
Estiré mi brazo para que la alcanzara, al leerla una sonrisa apareció en su rostro.
—Tal vez en este momento pueda tener mi primera dosis —dijo, guiñandome un ojo.
Rodeó el escritorio hasta llegar a mi lado, giró mi silla para quedar frente a él, tomó mi rostro en sus manos y se inclinó para besarme. Sus manos descendieron por mi cuello y comenzaban a desabotonar mi blusa.
—Sasuke, mi descanso termina en diez minutos, tendré que seguir consultando —dije mientras me levantaba, interrumpiendo el beso y alejándome de él para no sucumbir a mi deseo.
Se sentó en mi lugar y comenzó a desabotonarse la camisa, mis ojos no se apartaron de sus manos que dejaban su torso al descubierto.
Mi auto control estaba colgando de un hilo, uno que parecía estar a punto de romperse.
—No tendrás ninguna consulta, avisé a la recepcionista que saldrías por una emergencia —habló, ahora entendía por qué le interesaba saber mi horario.
Abrí y cerré mi boca, no existía forma de responderle. El delgado hilo de mi autocontrol por fin se rompió, no me quedó de otra que quitarme la blusa y montarme sobre el Uchiha que estaba esperándome en la silla.
"Gracias Sakura, por insistir en paredes a prueba de ruido"
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