"Toma un pequeño paseo hasta las afueras de la ciudad y luego cruza las vías donde el viaducto se aproxima como un pajaro de mal agüero a medida que cambia y se agrieta a medida que se cambia y se agrieta, donde los secretos yacen en fuegos fronteri...
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Años después
Los ojos verdes de la adolescente estaban puestos sobre la pizarra mientras la profesora del colegio de monjas impartía la clase, dejó de mirar sobre las fracciones y miró la ventana, sus ojos vagaron hacia el exterior en donde las nubes tapaban el sol impidiendo que los rayos del sol se filtraran por la ventana.
—Grey
Annabelle despejo los ojos de la ventana y miró a la mujer que estaba frente a ella, le sonrió para parecer amigable pero la monja permanecía sería.
—¿Que mas importante puede haber afuera como para no hacerme caso?
—Si le he estado prestando atención—asintio mintiendo, sabía de que hablaba esa mujer, desde que había llegado al colegio era el mismo tema.
—Entonces, explíqueme.
Annabelle miró de reojo a una chica pelirroja de nombre Emily y a su amiga pelinegra Marissa hablar entre ellas y riendose de Annabelle, siempre eran ellas dos, la llamaban "la huérfana" "extraña" y "poca cosa".
—No se desgaste madre— habló Marissa y la mujer la miro— Anabelle no le ha prestado atención en toda la clase por esta viendo por la ventana.
Anabelle entrecerro los ojos mirándola.
Le iba a volar los sesos.
—Correcto, Grey— miró a Annabelle la mujer— Te quedas al final de clases para que cargues unos libros hasta el anochecer.
Annabelle abrió la boca para protestar pero la monja se dio media vuelta alejándose de ella dejándola con la palabra en la boca, soltó un suspiro y se cruzó de brazos, miró de reojo a sus compañeras quienes aún le sonreian con burla.
