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La muerte siempre es algo que le temia Annabelle, cuando era niña y vivía en el orfanato las monjas le decían los horrible que era morir, pero para ella la muerte fue su liberación de aquel problema que jamás debió buscar, nada de eso hubiera pasado si no se hubiera ido del orfanato, pero hacerlo fue lo mejor que pudo hacer. Conoció a su familia, los problemas y probablemente un amor que ya nunca volvería a ver.

Las llamas del fuego fueron apagadas por un lluvia torrencial esa noche, varias horas más tarde llegó el equipo de Thomas, los niños habían llegado con bien a la casa gracias al caballo de Annabelle que se sabía el camino pero fue demasiado tarde.

Ojalá Whitey y la familia hubieran podido ver el cuerpo de Annabelle pero las llamas del fuego la habían carbonizado dejando cenizas en su lugar. Aquella noche volvió a llover, los relámpagos entraban por la ventana, Thomas bebía sin ver a nadie, se sentía una mala persona, había perdido a su hermana y debió ser un mejor hermano.

-¿A que hora llegará mi tía Annabelle?-pregunto uno de los niños hacia Grace.

Grace con lagrimas en los ojos los hizo sentarse en la sala, le sonrió un poco.

-Annabelle ya no vendrá de regreso a la casa, ella ahora está en el cielo y descansa.

La niña parpadeo ante ello.

-¿Y cuando la veré de nuevo?

Grace le sonrio a la niña y una lágrima rodó por su mejilla.

-Algún día volveremos a verla.

Grace se sentía culpable, si hubiera puesto atención y si no la hubiera dejado sola Annabelle estaría viva, tal vez Thomas hubiera encontrado alguna solución ante ese problema. Bajo sus ojos al piso y luego regreso su vista a su hija.

-Algún día.

***

-¿Estas escuchandome?- pregunto la persona y Whitey alzó sus ojos mirando al hombre, este lo miro- No se si estos minutos has estado prestando atención, tu padre está muerto al igual que el hombre que te encomendó la orden de deshacerte de los Peaky Blinders, dime ¿Que descubriste de eso?

Whitey lo observo por algunos segundos en silencio, luego rompió el silencio.

-Los Peaky Blinders no estan metidos en nada de los que han dicho-negó con la cabeza- Solo es un negocio de alcohol-oculto por completo aquellas cosas ilegales de la familia, ya habían sufrido una perdida como para meterlos en más problemas. Whitey descubrió muchas cosas de la familia, tanto malas como buenas y prefierio callar ambas.

-¿Seguro?- pregunto el hombre mirandolo fijamente.

Whitey asintió con la cabeza sin dejarlo de ver.

-Se que murió una de ellos. Annabelle Shelby, me parece-hablo mirandolo, Whitey asintió con la cabeza- ¿Como sucedió?

-Un incendio-contesto con simplicidad el rubio, había acordado que no diría ni hablaría nada de Annabelle por respeto con Thomas Shelby- Tal parece que fue un accidente.

El hombre asintió con la cabeza y se levantó de la silla.

-Puedes irte Whitey.

El rubio agradecio con un asentimiento de cabeza, antes de salir miro al hombre.

-Quería comentarle que regreso a Los Angeles, tras estar resuelto el caso no veo necesidad de que siga aquí.

-De acuerdo, tramitare tu reincorporación a tu trabajo en Estados Unidos y Whitey...-hablo antes de que se fuera y el joven lo miro- Lamento la muerte de la chica, se que en el tiempo que estuviste cerca te hiciste amigo de ella.

Whitey sonrio un poco recondandola y sintió que su corazón se encongia, negó con la cabeza alejando las lágrimas que amenazaban con salir y le sonrio al hombre.

—Era una gran persona— dice con voz temblorosa— Los Peaky Blinders solo son una familia diferente a las demás y han quedado destruidos con su muerte.

El hombre investigador la miro.

—¿Retiras los cargos en contra de la familia Shelby?

Whitey sabía lo que era correcto.

—Los retiro.

PEAKY BLINDERS | FEELING GOODDonde viven las historias. Descúbrelo ahora