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El humo del cigarro inundó la pequeña habitación cuando William habló.

—Este es el plan— hablo.

Detrás de él ya no estaba la fotografía de Luca y fue reemplazada por una de el, miro a sus hombres.

—La familia Shelby tiene cinco infantes, dos hijos de Thomas, mis dos  hermanos menores y uno de Arthur. Quiero que los secuestren y los traigan ante mi.

—Pero...—hablo uno de ellos y William lo miro.

La mirada de todos se coloco en el hombre que había dejado su frase inconclusa.

—La familia Shelby posee muchas armas, están rodeados de personas importantes y atacarlos nos puede llevar a la muerte.

William se le quedó viendo unos momentos, cargo su arma, apunto a la cabeza del hombre y lo mato, su cuerpo cayó al piso y William miró a sus otros hombres

—¿Alguien más quiere que sea yo quien los lleve a la muerte?—pregunto, ninguno emitió una palabra un tanto temeroso ante la acción del rubio— ¿No? Perfecto—sonrió mostrando su hilera de dientes blancos— Secuestren a esos niños a más tardar esta noche.

Los hombres asientieron con la cabeza y abandonaron el lugar, William los observo partir y observo la fotografía destruida de su padre.

—Te odio— le habló a la imagen— Arruinaste todo, teníamos a los Peaky Blinders en nuestras manos y los arruinaste por mama ¿Que ganaste con eso? Morir, como este— señalo al hombre que acaba de matar, sonrió sin dejar de vera fotografía de su padre— Nuestro plan sigue en pie, destruiré a los Shelby, mataré a todos y me quedaré con sus propiedades, el mundo olvidara sus nombres y solo recordarán el mio. Seré el ganster más peligroso de Gran Bretaña.

Sonrio el joven lentamente

***

La noche ya había caído en Birminham, los perros ladraron cuando dos extraños vestidos de negros pasaron a su lado, miraron de un lado a otro comprobando que la calle seguía igual de vacía vacía se adentraron a la propiedad de los Shelby por medio de una ventana entreabierta.

—No hagan ruido, no toquen nada y no hagan tonterías. Solo venimos por los niños ¿de acuerdo?— pregunto uno de los hombres hacia sus compañeros quiene asintieron con la cabeza.

Después de eso caminaron hacía las escaleras hasta llegar a la planta alta de la casa, gracias a que William había estado ahí pudo decirle con precisión en donde dormían los menores los niños y abrieron la puerta blanca con sigilo, uno de ellos asomo la cabeza y miro el interior oscuro.

—Vamos—murmuró hacia los otros.

Los tres hombres observaron a los menores dormir, tomaron el trapo blanco lleno de una sustancia y la colocaron en la boca de los niños.

La hija de Thomas abrió los ojos sobresaltada y miro al extraño con temor.

—Sh, no grites— ordeno el hombre, la niña intento safarse pero fue inútil, su fuerza jamás sería como la de el, poco a poco fue perdiendo el conocimiento.

El hombre la soltó y miro a sus secuaces que habían logrado con éxito lo mismo que el.

—Hora de irnos— anunció uno de ellos y abanaron las casa por una de las ventanas.

El último hombre dejó sobre la cama un sobre beige y salió por la ventana.

***

—No son tan tontos como imagine— hablo William mirándo a los tres niños que habían despertado temerosos y gritando auxilio, pero los había amordazado evitando sus molestos gritos.

William movió entre sus brazos a la bebé, la hija menor de su madre para que no despertara, si lloraba el se enojaria y en un ataque de iría la mataria.

—No me he presentado correctamente— miró a los niños— Soy William, familiar de ustedes, para Hannah y Richars su hermano y para Lusiana y Charles su hermano tio— les sonrio a los niños— No tengan miedo, no pretendo hacerles algún daño, al menos no a ustedes.

Movió a la bebé en sus brazos.

—Y supongo que esta pequeña niña también se mi hermana, la pequeña Ada Shelby.

La niña aún permanecía dormida en sus brazos y sonrió sin dejarla de ver

—Me siento un demente hablando solo pero se que si les quito la mordaza gritaran— les comento y negó con la cabeza— Y no estoy de humor para soportar gritos de niños...— miró a los pequeños y se giro hacia la puerta—¡Daniel, Sam, vengan aquí!

Dos hombres llegaron ante su llamado.

—Faltan niños ¿Donde están los hijos de Arthur y Michael?

—No los encontramos en la casa, solo...

—Callense ya— les soltó al saber las tonterías de respuesta que le darían— No se ni porque me desgaste preguntando algo que ya sabia. Pueden irse.

Los hombres asientieron con la cabeza y la bebé se removió en los brazos de William, ese hizo una mueca y la niña abrió sus ojos y lo miro, espero que ella llorara pero solo le sonrio y comenzó a balbucear.

Los niños lo observaron salir con la bebé en brazos, dio una orden y luego la puerta se cerró.



PEAKY BLINDERS | FEELING GOODDonde viven las historias. Descúbrelo ahora