22

618 48 0
                                    

Annabelle cerró la puerta de su habitación y se sonrió a sí misma mientras caminaba por su habitación, se sentó frente a su tocador, se miró en el espejo y su sonrisa se borro.

Había sido su primer beso y le había gustado.

Y no podía quedarse con él.

Se levantó de su silla mientras daba vueltas por su habitación, le gustaba, claro que sí, desde que lo vio con su arrogancia le llamó la atención pero no podía, su hermano odiaba a la ley nueva y si se enterara...

No.

El no debía enterarse.

Se pasó sus manos sobre su cabello o rubio desacomodandolo y se dejó caer sobre su cama mirando el techo.

***

Whitey observaba por la ventana de su habitación en donde la policía lo habia colocado, observó la luna alzándose en el cielo y recargo su cabeza en el cristal.

—¿Pensando?

Whitey se sobresalto ante la voz de su jefe quien estaba recargado sobre la puerta.

—Veía la luna—señaló y le sonrió al hombre— Es muy tarde señor, yo lo hacía en casa.

—Venía a ver como vas con los Peaky Blinders.

Whitey lo miró, si le decía que iba bien con ellos no sabía que otra orden le pediría hacer para seguir en marcha al plan, negó con la cabeza.

—Difícil, no son fáciles para ganar su confianza aunque me acerco a Annabelle pero se mantiene distancia.

—Lo lograrás, lo se— le sonrió en hombre, Whitey le sonrió también—Te veo dentro de una semana, tengo que salir del pueblo para ir a ver a tu padre, me ha mandado a llamar. Suerte con los Blinders.

El hombre salió de la habitacion y Whitey lo miró cerra la puerta de la habitación, soltó un suspiro y abrió la puerta de la ventana, sintió el frío aire golpear su rostro y revolver su cabello rubio.

PEAKY BLINDERS | FEELING GOODDonde viven las historias. Descúbrelo ahora