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Whitey sabía que estaba en la boca del lobo, solo llevaba dos días en la ciudad y moriría.

Tres armas apuntaban a su cabeza y Thomas Shelby tomó asiento frente a él, miró a sus hermanos.

-Bajen las armas- habló con tranquilidad.

Whitey miró de reojo a uno de ellos y se sorprendio cuando acostaron la orden.

Los tres hombre la bajaron y se alejaron de él, Whitey coloco su mirar en Thomas quien lo miraba con curiosidad.

-¿Quien eres y que haces en mi pop?

Una pregunta directa y sin rodeos, como si no hubiera muertos en el lugar Thomas pidió una cerveza.

-Acabó de llegar, soy...

Whitey se quedó callado, si decía que era policía lo matarían, le harían muchas preguntas que no sabría contestar y moriría, pero si mentía, tal vez podía vivir.

-Whitey Winn- habló Thomas.

Whitey olvidó su parte de la mentira, ahora si moriría.

-¿Quien eres? He escuchado de ti pero no lo suficiente así que me gustaría que me hablaras de ti.

-No tengo mucho que decir de mi- contestó y Thomas lo miró, este último sonrió y sacó un arma apuntando lo.

-Escuchame niño, te quiero alejado de mi pop, aun no descubro quien eres ni que intensiones tienes pero no te quiero merodeando por aquí.

Whitey asintió con la cabeza.

-Solo quería una cerveza.

-Pues buscaras en otro lado, largo.

Whitey se levantó de su lugar y se encaminó a la salida, antes de irse miró la sangre derramada en el piso y sintió náuseas.

-Espera

La mirada de todos se coloco en Annabelle, Thomas la miró y frunció el ceño.

-Lo que acabas de ver no fue lo que hacemos siempre, solo quería defenderme pero he fallado- habló y sus ojos se llenaron de lágrimas, una de ellas se derramó por su mejilla- No quiero que te hagas una mala impresión de nosotros, no es lo que parece.

Ada miró a Thomas sin entender nada, Thomas miraba a Annabelle con ojos muy abiertos rogando que se callara.

-Comprendo- murmuró mirándola.

-Por favor, mi familia no tiene que pagar por algo que no ha hecho, se que eres de la policía y su tu dices algo nos meteremos en problemas.

Whitey miro a la familia y luego a ella, el podía correr y decir todo pero había algo en las palabras de esa chica que lo hizo entenderla, todo había sido un accidente y ella solo trataba de defenderse.

-No diré nada.

-Juralo por el diablo- hablo Arthur.

Todos se giraron a verlo, Thomas frunció el ceño ante aquello.

-Digo, juralo por Dios- aclaró.

Whitey lo miró y asintió.

-Lo juro.

El joven rubio llegó hasta la puerta y salió del establecimiento, cuando estuvo afuera sintió su cuerpo lleno de escalofrío y se alejo del lugar, podía hablar pero también le daba temor hacerlo. ¿Que tal si lo arrestaban por ello? Negó con la cabeza y se perdió en la oscuridad de las calles. O peor aún, moriría en manos de los Peaky Blinders.

Cuando Whitey salió, la mirada y ojos tristes de Annabelle cambiaron por completo, se quito las lágrimas de su rostro y cuando se giro hacia su familia sonrio.

-Creo que lo he convencido, de todas maneras, me encargaré de lo que me has pedido Thomas.

-Bien hecho- asintió Thomas y miró el piso lleno de sangre- Toca limpiar el piso...

-Arthur- exclamaron todos excepto Thomas y Annabelle.

-Con un demonios- exclamó el hombre.

PEAKY BLINDERS | FEELING GOODDonde viven las historias. Descúbrelo ahora