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El humo del cigarro inundó la estancia cuando Arthur había hecho el invento llamado “Sin pulmones” después de encerder cuatro cigarros al mismo tiempo y fumarlos.

La mañana estaba lluviosa y el pop estaba medio vacío, sólo estaban ocupadas tres mesas de por hombres del ejército quienes apoyaban a Thomas Shelby para ser elegido como el próximo presidente del pueblo, las gotas golpeaban las ventanas y Annabelle se encontraba haciendo unas sumas que Ada le había pedido recargada en su mano, miró hacia la mesas y sus ojos se ampliaron al ver a Whitey llegar al lugar, miró de un lado a otro buscando a su hermano Thomas quien lo había amenazado que ya no lo quería ver ahí. Dejó la libreta sobre la mesa y se encamino hacia mesa.

—Me alegro que el servicio sea bueno, empezaba a aburrirme, quiero una cerveza.

—No deberías estar aquí.

Whitey la miró y le sonrió.

—No me dan miedo Shelby, si ayer me fui fue por la presión que llegué a sentir pero veo que hoy solo esta tu hermana y tu.

—Si me hermano te ve aquí, te mata.

—Se lo que son capaces los Peaky Blinders, me lo demostraron ayer... — la miró fijamente — Todos ustedes. Ahora, solo vengo a consumir al pop, y sino me crees... —sacó su pistola y se la extendio— Puedes quedartrla hasta que me vaya.

Annabelle observó el arma que le extendía Whitey, negó con la cabeza y se dio media vuelta alejándose de el, Whitey guardo su arma y una de las mujeres le entregó su bebida.

Thomas Shelby entró a su pop con un cigarrillo en mano, pasó al lado de Whitey y se detuvo, dio media vuelta y se le quedó viendo al muchacho.

—¿Eres sordo?  ¿O ayer no entendiste mi orden niño?

—Solo quiero una cerveza señor Shelby, porque si algo bueno puedo decir de su pop es el buen servicio y calidad que ofrece— alzó el tarro y le sonrió.

Thomas lo observó y miró el arma en la mesa.

—Puede llevársela si gusta por su seguridad, es Domingo y la ley no trabaja o al menos yo no— negó mirándolo.

Thomas tomó el arma del joven y la examinó con la mirada.

—Pistola— habló Thomas y lo miro—Te recomiendo un revolver, es mas preciso.

—Lo tendré en consideración, señor Shelby.

Thomas dejó el arma sobre la mesa y se alejo, de él, Arthur interceptó a su hermano.

—Creí que ibas a correrlo.

—Es un cliente más en mi pop Arthur y dejará dinero, tratenlo bien y no le quiten los ojos de encima.

Annabelle lo observó detrás de la barra, intercambio una mirada con Thomas y asintió con la cabeza. La joven sabía que sus hermanos tomaban los días domingo para sus negocios legales e ilegales en la parte trasera del pop en donde solo ellos tenían acceso, se quedo mirando al joven policía que observaba el contenido de su tarro.

La puerta de pop se abrió de nuevo y entró un grupo de jóvenes vestidos de negro, aquello captó la atención de Annabelle, un joven de sombrero iba en el centro, a su lado una mujer con una trenza y otro hombre joven moreno, los tres tomaron asiento cerca de Whitey quien los miró de reojo.

—Servicio— exclamó uno de ellos, Whitey observó como Annabelle se aproximó a ellos y les sonrió.

—¿En qué puedo ayudarlos?

—Busco a Thomas Shelby, ¿lo conoces niña?

—¿Quienes son ustedes?

—Aquí nosotros hacemos las preguntas— habló la mujer mirándola, Whitey observaba a Annabelle y a la extraña.

PEAKY BLINDERS | FEELING GOODDonde viven las historias. Descúbrelo ahora