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Annabelle se dejó caer sobre la silla mirando hacia la ventana, su cabello rubio estaba enmarañado por la sangre que lo cubría, coloco una mano sobre su frente.

—¿Estas bien? — preguntó Ada entrando a la cocina, la joven se giro a ver a su hermana— Te veo mal desde que mataste a ese hombre, Thomas no debio presionarte para hacer eso eso— negó.

—No, descuida, no es el primer muerto que llevo en mi conciencia— negó con la cabeza, Ada la miro— Es solo que la primera vez no vi hasta el momento que la persona muere y me impresionó, es todo.

—Deberías ir a darte un baño— aconsejo Ada y le sonrio— Y dormir, ha sido un día muy impactante para ti.

—Ahora voy— le sonrió, Ada le dio un beso en la frente a Annabelle.

—Me alegra que estes de vuelta... — se levantó de la silla— Te veo mañana.

Annabelle le sonrió.

***

El agua se combinaba con el color rojo de la sangre mientras que Annabelle entraba al baño, su cabello volvía a ser de color rubio y miró sus manos manchadas, despues de varios minutos cerró la llave y salió.

Sentada en su cama observaba el exterior hacia la calle, estaba desértica y la luna se alzaba brillando en el cielo, sus ojos se colocaron en una foto de su tía Polly y sonrió con melancolía.

Hubiera amado tener más recuerdos con ella y crecer con sus hermanos, se abrazo la piernas y se quedó mirando por la ventana un largo tiempo, temía no lograr lo que su hermano le pedía, tenía miedo y no tenía a Polly para que la abrazara, sollozo en silencio recordándola.

Se dejó caer sobre la cama mirando al techo y cerró sus ojos.

PEAKY BLINDERS | FEELING GOODDonde viven las historias. Descúbrelo ahora