COSAS DE LA VIDA

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POV ANA
Después de que Ale me dijo eso, me desanime un poco, tenía razón no tenía la misma fuerza que antes, pensé en qué tal vez deberíamos parar hasta que sentí las manos de Ale recorrer mi espalda, con sus uñas lo cual provocó que dejara de pensar con la cabeza, como me encantaba que hiciera eso,  me hacia delirar cuando me arañaba, no quería perder más tiempo, fui bajando mi mano, que en ese momento estaba en su cuello, recorrí sus clavículas, bajando por sus pechos los cuales no dude en tocar,  mi mano siguió su recorrido por el abdomen de Ale, ella suspiraba ante mi tacto, cuando mi mano estaba cerca de donde ella me necesitaba, me fui directo a tocar sus piernas, eso no le gustó mucho pues me reclamó con una pequeño gemido.

-Mierda Ana ya no estés jugando conmigo.

-Amor tranquila hace mucho no lo hacemos, déjame sentirte.

-Por eso mismo, ya no aguanto, y si no lo vas a hacer tú lo haré yo.

Ale bajó su mano, hacia su intimidad, estaba a punto de tocarse cuando yo quité su mano y la cambié por la mía, no iba a permitir que ella se tocara, no cuando me tenía a mi para eso, comencé tocándola solo por encima,  los gemidos de Ale se hicieron presentes en la habitación, no sabía cuanto extrañaba escucharla así hasta que volví a oír sus gemidos, el momento había llegado, irrumpí en su intimidad con la mayor delicadeza que puede, a pasar de que lo estaba haciendo con cuidado no sabía si lo estaba haciendo demasiado fuerte.

-¿Estás bien amor?- le pregunté un poco preocupada pues Ale tenía apretados los ojos.

-Sí, estoy bien, espera un segundo por favor.- ella parecía estar acostumbrándose a algo, como si mis dedos hubieran cambiando de tamaño.

-Está bien, si quieres puedo sacarlo.

-NOOO, es solo que hace mucho nada entraba ahí, ya estoy lista, muévelo por favor.

empecé a mover mi mano a un ritmo constante, de nuevo no sabía si lo estaba haciendo demasiado fuerte, pero la cara de Ale me dio confianza de seguir adelante con lo que hacía no se en que momento todo se descontroló, la habitación se llenó de gemidos y de repente....


Horas después... 

Estaba en la sala de espera, me sentía muy mal por lo que había pasado, sabía que no era buena idea, y ahora esta aquí sin saber nada de mi esposa, estaba un poco desesperada, no supe a quien más decirle así que había llamado a Mafer, aun no llegaba.

-Hey, Ana, ¿Qué pasó?, ¿Por qué está Ale en el hospital?

-Estábamos ya sabes... Ay dios que pena, yo no controlé mi fuerza y ahora ella está en el hospital.- le dije a Mafer mientas escondía mi cara en mis manos por la vergüenza. 

-Espera, ¿Tú y Ale?.... Rayos Ana, yo no se que decirte, es una situación algo cómica.

-Imagínate como nos viola enfermera de urgencias cuando le explicamos por que estábamos aquí.- ella tenía ganas de reírse lo cual hizo que me avergonzara más.- No te rías, no volveré a tener sexo nunca más en mi vida.

-Jajajaja, no digas tonterías Ana, lo que les pasó hoy fue un accidente, pero eso quiere decir que necesitas aprender a controlar tu fuerza, eres más fuerte de lo que pensábamos, eso es todo.

Estaba a punto de decirle algo a Mafe cuando la doctora que estaba atendiendo a Ale, entró a la sala de espera.

-Familiares de Alejandra Rocha.

-Soy yo, soy su esposa, Ana mucho gusto.-la saludé.

-Hola mucho gusto soy la doctora Valverde, soy la ginecóloga de tu esposa,  mira te explico Ale sufrió un pequeño desgarre, provocado pues por la fuerza que usaste al... no quiero incomodarte pero tú sabes a que me refiero.

-Entiendo, pero ¿Ella va a estar bien?

-Sí, solo que no van a poder tener sexo en un par de semanas.

-No pensaba volverlo a hacer nunca más de todos modos.

-Ay Ana, tampoco hay que ser extremistas, me dijo Olmedo que tienes mucha más fuerza que el promedio, solo intenta controlar tu fuerza, puedes practicar para eso.

-¿Practicar cómo?

-Pues en el laboratorio de tecnología hay una pequeña maquina que mide la fuerza de contacto.

-Gracias doctora, ¿ya nos podemos ir?

-No, Ale se tiene que quedar hoy, la daremos de alta mañana.

-Esta bien doctora, muchas gracias.

Regresé donde estaba Mafer un poco más tranquila porque sabía que Ale estaría bien, y menos desanimada, ahora que sabia que podía practicar para no lastimara Ale.

-¿Qué te dijo la doctora?

-Que Ale estará bien, pero no se puede ir hoy la darán de Alta mañana.

-Bueno, entonces no esta tan mal, y ya deja de culparte que fue un accidente.

-Lo sé, solo que me preocupo por ella.

-¿Te van a dejar verla?

-Hasta la hora de visitas es a las cuatro.

-Bueno en unas horas hay que ir a la entrega  de reconocimientos hoy, y al homenaje de Nico.

-Cierto, pero Ale no va a poder ir.

-Lo se, pero Arenas nos quiere ahí.

-Lo se , nos tomó cariño.

-Sí, me pidió que me uniera al ejercito.

-¿Qué?, pero tú querías ser química igual que tu tía.

-Lo sé pero puedo hacer más si voy con ellos, sabes lo importante que era mi tío para mi.

-Es muy arriesgado Mafer, ¿Qué piensa Tamara de eso?

-Aun no le digo, se que no le va a gustar, a mi tía no le gustó la idea.

-Es que yo se que lo que hacen es importante, pero, es muy riesgoso, no hay garantía de que vuelvan, ve lo que pasó con Nico.

-Lo sé, pero quiero ayudar, ser útil.

-Ya lo eres, sin ti ni siquiera estaría viva.

-Aun no lo decido igual, pero si lo hago se que asumiré el riesgo.

-No quiero que te pase nada, no soportaría perder a mi mejor amiga.

-No me vas a perder, voy a estar para molestarte mucho tiempo.- nos dimos un pequeño abrazo, no éramos muy cariñosas entre nosotras.

-No le digas a Tamara, que eres mi mejor amiga, se molestará conmigo.

-Lo sé, no le diré nada, vamos tenemos que comer y prepararnos para el homenaje de Nico.

Mafer me invitó a desayunar a su casa, que compartía con Tamara, definitivamente había encontrado buenos amigos y me sentía mil veces  más feliz de lo que era antes, todo estaba relativamente tranquilo por ahora.







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