El primer día.

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Pov Ana

La noche anterior me aguanté las ganas de buscar a Alejandra, sabía que ella no quería hablar conmigo, estaba decidida a dejarme, cosa que yo no podía permitir ya me había propuesto conquistarla nuevamente, no me voy a rendir tan fácil. decidí irla a buscar a su habitación, cuando entre ella no estaba ahí, supuse que estaría en la cocina, que ya se habría levantado, pero no, salí al patio pero tampoco la encontré, ¿NO se podía haber ido?, era peligroso afuera y no creo que sus papás la pusieran en riesgo, me estaba asustando, así que decidí ir a buscar a Mafer, para que me ayudara a buscar a Ale. Cuando abrí la puerta la sangre me hirvió, ambas estaban en la cama, no estaban abrazadas ni nada por el estilo, ¿Pero qué hacía Ale aquí?, ¿Por qué durmieron juntas?, salí del cuarto azotando la puerta, el ruido provoco que Tamara saliera de nuestro cuarto.

-¿Qué pedo Ana?, ¿Por qué azotas la puerta?

-Que te importa, mejor me voy a la cocina.

-Uyyy no amanecimos bravas.

-Ya Tamara déjame en paz, no tengo nada es solo que no quiero estar encerrada en esta maldita casa.

-Yo no te compro es, a ver ya dime que viste que te tiene así de enojada.

-Ya te dije que no tengo nada.

En ese momento Ale y Mafer venían saliendo del cuarto, estaban muy sonrientes porque no solo yo lo noté, Tamara también lo hizo, lo supe por la pregunta que les lanzó.

-¿Durmieron bien niñas?, o ¿Por qué tan felices?

-Jajajaj si dormimos muy bien, verdad ¿Ale?

-Si, bueno yo no creo que hayan dormido, se ve que la pasaron muy bien anoche.

-Súper fuera de lugar tu comentario Ana.

-¿Por qué Ale?, digo yo no soy la que me fui a meter a la cama de Mafer en la noche.

-Ya vasta Ana, déjala en paz, no hicimos nada de lo que estas pensando, Ale ayer me pidió quedarse conmigo porque tenia miedo.

-¿A sí? ¿Miedo de qué?

-De ti de que me hicieras algo en la noche, por favor Ana si me molestas en la escuela y no te importa molestarme frente a todos, aquí no cero que sea diferente.

El ambiente de puso tenso yo quería gritarle a Ale que me perdonara, que jamás volvería a hacerle daño, que sus palabras me estaban hiriendo, que la amaba y quería que las cosas fueran como antes de que yo la cagara.

-Bueno ya, no podemos estar peleando, vamos a vivir juntas un buen tiempo y tenemos que aprender a convivir, no te preocupes Ale, no vamos a dejar que Ana te haga nada.

-Tamara tiene razón, no podemos pelear, mejor vamos a comer algo.

Preparamos el desayuno, que eran huevos, jugo de naranja y pan, comimos relativamente en paz, yo no podía dejar de ver a Ale, de lo feliz que estaba con Mafer, hacía mucho tiempo que no la veía así, y a pesar de que amo su sonrisa quisiera ser yo quien se la provocara. después del desayuno Mafer nos dijo que iríamos al bunker de su tío.

-Busquen cosas útiles, mi tío tienen mucha comida militar, y algunas otras cosas, espero que no tengamos que llegar a consumir la comida militar, pero es bueno que la encontremos ahora.

-Bien Ana ve con Ale a buscar la comida, yo ayudo a Mafer con lo demás.

-Pero... Yo con Ana no...

-Vamos Ale no te va a hacer nada, confía en nosotras.

Ale y yo fuimos a los estantes de la parte trasera del bunker, tenía que aprovecha el momento que teníamos solas para hablar con ella.

-Ale, necesito decirte lo que siento, te amo, te amo tanto que me duele, se que hice las cosas mal, pero quiero demostrarte que puedo hacer las cosas bien, te lo dije y lo mantengo voy a conquistarte de nuevo.

-Para por favor yo te dije que ya no quiero nada contigo, entiende que estoy más tranquila así, no hagas nada por favor.

-No me pidas eso yo también tengo derecho a luchar por lo que siento, o me estas diciendo esto porque estas sintiendo cosas por Mafer.

-Ana, no tiene nada que ver con eso, nos hemos hecho mucho daño, nuestra relación no es sana.

-Dime a cara que quieres estar con ella, anoche durmieron juntas, y hoy haz estado muy juntita a ella, riendo todo el tiempo.

-Si estoy con ella porque es única que me ha defendido, y claro que me rio con ella, porque es divertido estar con ella.

-No Ale, a ti no te puede gustar ella.

Mi lado celoso de apodero de mi, se que era egoísta pero quería a Ale solo para mi, no quería que sintiera por alguien más, lo que sintió por mi no podía perderla. Así que en un impulso la tomé de la cintura y la besé, con furia pues con ese beso le estaba demostrando todo lo que sentía por ella, lo celosa que me estaba, el amor que le tengo, la necesidad de estar con ella a cada momento. Cuando sentí que nos faltaba el aire me separé de ella, y puse mi frente sobre la suya.

-Dime si ella te hace temblar como yo, dime si ella te pone así.

-No, pero es porque a ella no le tengo miedo.

-Ale si me tuvieras miedo, no me corresponderías los besos que te dí.

-Lo hago por costumbre tal vez.

-Lo que tú quieres es lastimarme, pero tu cuerpo me demuestra que aun me amas tanto como yo a ti.

-¿Quien dice qué te amo?

-Tú, con las acciones de tu cuerpo me lo confirmas, pero esta bien, sigue haciendo como que te gusta Mafer, yo me voy a encargar de me desees hasta el punto en que tu sola me pidas volver.

-¿Es una amenaza?

-No, solo te digo lo que va a pasar, mejor busquemos la comida que ya nos deben de estar esperando.

Encontramos la dichosa comida militar y la empezamos a poner en la caja que nos había dado Mafer, cuando llegamos a donde estaban Mafer y Tamara vimos que tenían un par de armas, de hecho eran muchas armas de diferentes calibres. ¿Por qué su Tío tenía tantas armas?, me asusté un poco per recordé que necesitábamos protegernos.

-Les voy a enseñar a disparar, y a defenderse, necesitamos estar preparadas para cualquier cosa.

Ale y yo solo asentimos, perecía que esto no se terminaría en un par de semanas, parecía que era el inicio de un apocalipsis.

Espero que les guste este capitulo y una disculpa voy a actualizar más seguido un saludito.

CuarentenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora