EN LA GUERRA SIEMPRE SE PIERDE ALGO.

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POV ALE.

Estaba en el cuarto de hospital, viendo a mi suegra inconsciente aun, quería llamar a mi suegro o al hermano de Ana, para que vinieran a verla cuando despertara, pero necesitaba hablar antes con ella, solas las dos. Nuestra relación nunca fue buena, ni siquiera cuando Ana y yo solo éramos amigas, creo que una mamá siempre intuye cuando algo está pasando, cada vez que iba a casa de Ana, su mamá no nos quitaba la vista de encima, nunca supe porque era así con nosotras, pero ahora que lo veo en retrospectiva, probablemente ella  ya sabía lo que teníamos Ana y yo desde antes que nosotras mismas nos diéramos cuenta. Ella empezó a reaccionar, se veía asustada, tome su mano para que se apoyara en mi, me apretó fuerte y por fin abrió los ojos, me vio y al principio pareció no reconóceme, y después.

-¿Qué haces aquí?

-Tranquila señora Ana, tuvo un accidente cuando la rescatamos, tuvieron que operarla para salvarle la vida, estuvo en terapia intensiva, por favor no se asuste, se puede lastimar.- ella me veía con cara de confusión, pero ya se veía un poco menos alterada.

-¿Y mi familia?

-Ya vienen para aquí, yo la he estado cuidando por las mañana, y ellos en las tardes, fueron a descansar un poco, pero ya los llamé.

-¿Tú me cuidaste?

-Claro que si, es la madre de mi esposa, del amor de mi vida, no podía no ayudarlos.

-¿Y Ana?

-Ella no se ha sentido muy bien, no ha salido de nuestro apartamento desde que llegamos, se siente culpable por lo que pasó.

-No me ha venido a ver, a Ana nunca le gustaron los hospitales, o ver a las personas que ama mal.

-Sí, cuando lleguen su esposo y su hijo iré por ella.

-Gracias.... Alejandra, te juzgue mal, pero es que no podía entender por que mi hija quería estar con una mujer, y ahora me doy cuenta el porque, cuidaste de mi porque soy importante para ella, aun cuando yo he sido la peor persona contigo, y eso no lo hace cualquiera.

-No solo lo hice por Ana, también lo hice por mi, no era sano que estuviéramos toda la vida peleadas, no sería justo para Ana, ni para nosotras.

-De verdad perdóname hija, ahora entiendo que nadie va a amar a mi Ana como lo haces tú, necesito que me perdones por todo el mal que te causé, por todo lo que las hice pasar, creo en Dios y por eso se que él está muy decepcionado de mis acciones.

-Todos cometemos errores, pero hay que aprender de ellos, al final de cuentas ahora somos familia.

-Gracias por perdonarme Ale.- en ese momento entraron el señor Manuel, y Manuel el hermano de Ana.

-Amor, ¿Cómo estas?, ¿Te sientes bien?

-Estoy bien, Manuel, Ale me estuvo cuidando.

-Ammm yo voy por Ana, nos vemos en un rato.

Salí del cuarto y del hala medica del centro, iba camino a mi apartamento cuando me encontré con Pineda.

-Hola, ¿Cómo estas?

-Lo mejor que puedo estar en esta situación Ale, ¿Y ustedes?

-La mamá de Ana despertó hoy, así que eso aligera las cosas un poco, igual que Gonzales ya no este aquí nos a afectado mucho.

-Lo sé, estamos igual, todos nosotros, en especial Mendoza, ha estado mal, aunque no lo demuestra, se encargó el solo de los reparativos para la ceremonia de Nico.

-Ana esta igual, solo que ella no ha salido de la cama en todos estos días, y tiene pesadillas todas la noches.

-¿No ha ido a ver a su mamá?

CuarentenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora