WE ARE

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POV ANA.

Después de estar en casa de Mafer me fui a arreglar a mi casa, hacía mucho que ya no ocupábamos las duchas comunitarias, esto fue porque nos cambiaron a departamentos que tenían sus propios baños, una vez que estuve lista con el uniforme militar, que nos pidió usar el Capitán Arenas a pesar de que yo no era militar, salí rumbo al centro del centro, valga la redundancia, cuando llegue me pasaron casi hasta el frente estaba detrás de Pineda y los demás chicos, junto a mi estaban Mafer y Tamara, toda la familia de Tamara había venido y ella tenia como mil hermanos, bueno en realidad no, tenía cuatro hermanos, estaban la tía de Mafer, mi papá y mi hermano, mi mamá saldría en tres días del hospital, también estaba la familia de Ale, lo cual me dio mucha pena porque no quería decirles por que si hija no estaba aquí. El homenaje empezó, las familias de los soldados que murieron ese día pasaban por las medallas que les pertenecían a sus muertos, me sentía muy mal porque si no fuera por nosotros ellos estarían vivos, y si no fuera por ellos nuestras familias ya no existirían.

-Ahora le daremos un reconocimiento especial al cabo Gonzales, era un chico muy bueno, tenemos la presencia de su padre y su hermana, solo puedo decir cosas buenas de Gonzales, o Nico como todos lo conocíamos, yo como su capitán vi de primera mano vi su crecimiento no solo como militar, si no también como ser humano.- el Capitán, aclaro su garganta para poder seguir hablando y a mi se me formó un nudo en la garganta. - Pero yo no hablaré de él, cabo Mendoza por favor.

-Buenos días a todos, en estos días estuve pensando lo que diría, pero para hablar de Nico no me alcanzarían todos los años que me quedan,  era la persona más leal, carismática, protectora, y terca que conocí, fue mi amigo, y lo amaba, lo sigo amando, a Nico lo metieron al ejercito para hacerlo hombre, pero Nico ya era un hombre y sus preferencias sexuales nada tenían que ver con eso.- Mendoza veía con odio al papá de Nico, y él le devolvía la mirada de odio.- A Nico lo hirieron mucho y aun así él amaba a la persona que más lo lastimó, ese sujeto no merece estar aquí hoy, solo les puedo decir que nosotros vamos a recordar a Nico siempre, nosotros que somos su familia mantendremos su recuerdo siempre.

El Capitán llamó al padre y la hermana de Nico, Mendoza seguía en el estrado,  nadie veía venir lo que pasó después.

-Yo no quiero nada de este maricón, quédenselo ustedes.

-Papá por favor, toma la medalla, es de tú hijo.

-Ese maldito desviado no era mi hijo, ni el ejercito lo corrigió, estoy feliz de que esté muerto.

-No se atreva a hablar así de Nico.- lo enfrentó Mendoza.- Lárguese de aquí.

-Este otro maricon no me va a decir que hacer.- el papá de Nico se fue en contra de Mendoza.- Te voy a matar a ti, ojala yo hubiera matado a ese maricon.

El señor estaba ahorcando a Mendoza, el Capitán no podía hacer nada pues si se metía en la pelea le podían quitar su cargo, pero yo no era militar, era civil, le levanté de mi lugar y corrí hacia ellos, tomé al papá de Nico y lo levante con una sola mano, lo acorralé contra la pared y puse mi brazo en su garganta, ahogándolo con él hacía con Mendoza hace un momento.

-Escúcheme bien, no se vuelva a acercar a ninguno de mis amigos, o el que va a terminar muerto va a ser usted, lo voy a destrozar con mis propias manos si me entero que se acerco a ellos.- estaba demasiado enojada, y no me importaba estarlo lastimando.- Y si vuelvo a oír que usted se atreve a siquiera mencionar a Nico también lo voy a hacer pedazos.

-Melgar basta, fue suficiente, suéltalo.- me gritó el Capitán, solté al bastardo ese y cayó al suelo, estaba a punto de dejarlo ahí, pero me regresé y le solté una patada.

-Llévense a este idita de aquí.- se acercó a Vero.- Disculpa el escandalo, yo se lo mucho que te duele lo de tu hermano.

-Mi papá es un idiota, ¿Me puedo llevar las cosas de mi hermano?

-Claro que si, Mendoza acompáñala.- Mendoza se fue con Verónica y yo los seguí.

-Oye Vero, yo necesito decirte algo.- ella me vio directamente a los ojos.- Perdóname por no traer a Nico de vuelta.

-No hay nada que perdonar Ana, mi hermano hizo eso porque así era él, y gracias por defenderlo hoy.

Después de haber hablado com Vero durante un rato me dirigí al hospital, era hora de vivita y por fin podría te a Ale, al llegar la enfermera me dijo que Ale seguía dormida aún, así que me sugirió que no la despertara. Pero cuando entre a su cuarto ella ya está despierta.

-Hola amor, ¿Cómo estás?

-Bien, solo un poco adolorida.

-Si perdón por eso, no les quise decir a tus papás por qué estás en el hospital me dió pena, pero preguntaron por ti.

-Jajajajaja, Ana, no fue tu culpa ok, fuimos las dos, en verdad tienes mucha fuerza, pero lo qué pasó fue por las dos.

-Pero yo debía cuidarte, no sé si lo debamos intentar de nuevo.

-Claro que lo vamos a intentar de nuevo, pero luego hablamos de eso, ¿Cómo estuvo la ceremonia?

-Pues terminé golpeando al papá de Nico así que no muy bien.

-¿Qué hizo?

-Insultar la memoria de Nico, y pegarle a Mendoza.

-Y tú los defendiste, mi bebé es un héroe.

-No sé si lo soy yo solo defendía a mis amigos.

-Lo eres y siempre lo demuestras amor.
-Mafer me dijo que se uniría al ejército, eso me da miedo.

-Es algo peligroso.

-Eso le dije yo, pero dice que se quiere sentir útil.

-Ya lo es.

-Si pero esto lo hace por su tío, no soportaría si algo le pasara, y se que Tamara se moriría si algo le pasa.

Ale me abrazo, en verdad estaba preocupada por mi amiga, no quiero a que nada malo le pasara, y no sabía cómo detenerla

CuarentenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora