Son las 5:16 en mi ciudad. Todo está a oscuras y sólo tengo la luz de mi móvil para alumbrarme. Quiero correr de mi cama, encender todas las luces de mi casa y asegurarme de que no hay nada que me pueda hacer daño pero simplemente no puedo. No puedo moverme de la cama es como si estuviera atada, como si mi instinto de supervivencia me dijera:"Eh, tú. Quédate en la cama y no salgas hasta que veas que todo está bien, que todo está normal." Llevo despierta más o menos desde las 2 de la mañana mirando hacia todas partes en busca de algo que estoy casi segura de que nisiquiera existe. Aquí, sentada en mi cama, mirando mis pequeñas cicatrices me doy cuenta de cómo la vida es una maldita hija de perra. De cómo pasa el tiempo, y de cómo sigo estando sola en este tren de mierda llamado "vida". Odio esto, odio todo. No quiero estar sola. Todo me da miedo cuando estoy sola. Todo. Yo misma me doy miedo en la soledad. Mis pensamientos, los gritos en mi cabeza y también las pequeñas voces que me susurran lo fea, gorda, antisocial, emo y gilipolllas que soy. Esto no es vida, tío. Esto ya no es nada porque ya nada tiene sentido. Cada día es una lucha y, dentro de poco, me dejaré vencer, estoy segura de ello.
-----otra adolescente más.-----