Recuerdo...
Recuerdo miles de momentos de pequeño.
Recuerdo correr y balancear la cometa con mi padre.
Recuerdo bajar por el tobogán con mi madre...
Recuerdo todos esos momentos cuando mi único gran objetivo era llegar el primero a casa para presionar el interruptor del ascensor; cuando mi mayor preocupación al andar por la calle no era agarrar las mangas de mi jersey negro, era no pisar las rayas de la acera; cuando las cuchillas del baño eran solo para que papá se afeitase. Pero aquí estoy ahora.
Recuerdo que cuando me preguntaban que quería ser de mayor decía astronauta, escritor, médico, matemático... cualquier oficio que se me pasara por la cabeza, ahora simplente quiero ser alguien sin un infierno bajo las paredes de su cráneo, alguien sin cortes bajo las mangas, alguien que pueda sonreír, sonreír de verdad. Recuerdo que de pequeño sonreía mucho, era feliz.
Pero aquí sigo, ahora la bici está oxidada, la pelota desinflada, la cometa rasgada, las cuchillas manchadas y tu hijo muriéndose.
Mamá, papá. Lo siento. Pero ya no es que vuestro hijo quiera morir vuestro hijo lleva muerto mucho tiempo, y ahora solo quedan sombras y demonios, escombros de lo que una vez fui; por que cuanto más alto llegas, mayor será la caída.
Pero si os da miedo el monstruo que soy ahora quiero deciros algo.
Lo soy gracias a vosotros.
Os quiere, vuestro difunto hijo.
