Ese día fue muy extraño. Toda mi familia estaba reunida al rededor de algo que no conseguía ver. Estaban en un campo amplío y bello en el que rebosaba la vida. Al principio me costó reconocer el lugar pero después me di cuenta de que era un campo al que solíamos ir cuando era pequeña en verano. Mi abuelo se levantó llorando, yo me acerqué a él y le dije qué le pasaba pero él no respondía y lloraba más. Empecé a gritarle, a moverle. Pero no se movía, no reaccionaba. Después de él se fue levantando toda mi familia y por último quedaron mi hermano, mi madre y mi mejor amiga, llorando desconsoladamente. Me acerqué a ellos y por fin vi por qué lloraban. Era yo, yo estaba delante de ellas pálida y vestida para ir a un entierro. Para ir a mi propio entierro. Les grité, les moví, lloré; pero ya era demasiado tarde. Miré a mi madre. Pobrecita. Ella no tenía ni idea de lo que yo iba a hacer ni de que su hija llevaba muerta hacía años. Miré a mi mejor amiga y pasaron por mi cabeza todos los recuerdos, las peleas, las fotos y lloré más. Mi hermano... Ese pequeño gilipollas. Cuántas cosas me iba a perder de él. Sus primeras notas, su primera novia, sus sentimientos de adolescentes. Todo. Sentí una mano en mi hombro. Al principio pensé que era una alucinación pero al momento me di la vuelta y la mano era de mi padre. Por fin volvía a estar a su lado. Lo que había estado esperando muchísimos años pero ¿a qué precio?
--------Una adolescente más--------
Jo. Ya somos 553. Quiero interactuar más con.vosotros. Y si hacemos un coso raro de preguntas random?:3