"Mia y Ana" parecen el camino a la perfeccion para muchas chicas en todo el mundo. Yo fui una de ellas, y por eso Pequeño Adolescente Suicida me ha mandado escribir esto. No sé que escribir, la verdad. Todo lo que ponga va a ser malo. Perdón si lo hace demasiado mal.
Estás harta. Aguantas insultos, golpes, risas y bromas. Pero llega un momento en el que te derrumbas. Y entonces ese bichito nace. Te empiezas a preocupar por el físico, por el qué dirán, y tu autoestima va bajando lentamente. Empiezas a saltarte alguna que otra comida. "Sólo hasta que alcance el peso que quiero". Pero ese número va bajando. Ana insiste e insiste. 47, 46, 45... Tu peso baja, pero la meta no hace más que alejarse. Aún así, lo sigues intentando. Quieres ser perfecta, pero... Un día, el hambre te puede. Chocolate, golosinas, snacks... Todo lo que había en la cocina. Comienzas a llorar, con temor a Ana. Ella no te perdonaría. Estabas segura. Y ahí aparece Mia. "Ven, cariño. Yo sé como arreglarlo" Desde entonces, tus dientes están amarillos y tu estómago vacío.
Quieres ser perfecta.
Sé como es la placentera sensación de hambre. Sensación de belleza, de delgadez. Sé tambien cómo, después de hacer cien abdominales, te sientes superada, te sientes bien por tres segundos.
Hasta que te recuperas.
Y vuelve esa vocecita que te exige cien más, a pesar de que según los medicos estás en riesgo de muerte.
Entonces, empieza la pesadi
††††††††††††††††††††††††††††††††
††††††††††††††††††††††††††††
††††††††††††††††††††††
††@nirvxnx._.suicide