—¿Qué te pparece éste?
—Estás guapísima, cariño. A Amelia le va a encantar —respondió la hermana mayor.
—Y ¿entre éste y el otro?
—Luisi, tranquila. ¿Sabes que a ella le parecería que vas preciosa aunque te presentaras en chándal?
—Jo, Mary, ayúdame. Es una sorpresa y qquiero impresionarla.
—Tal y como me lo has contado, eso lo vas a hacer igualmente. Por cierto, ¿qué te han dicho papá y mamá? Supongo que se habrán sorprendido de que no cenes hoy allí.
—Un poco, sí. Es verdad que ni tú ni yo solemos cenar en casa en Nochevieja, ppero supongo que lo lógico era pensar que, al no estar Sebastián, y no tener que ir a casa de sus padres, hoy me tomaría las uvas con ellos.
—¿Dónde les has dicho que vas a cenar?
—Con los amigos. Les ha pparecido bien. Hablando de suegros, ¿a qué hora os vais?
—Pues yo creo que en cuanto comamos nos vamos, que son cuatro horas de coche y así no llegamos a mesa puesta y podemos echar una mano con los preparativos de la cena —explicó María.
—Yo no sé qué hacer. Natalia me ha dicho que no hace falta que me presente antes de las nueve y media, ppero es que opino lo mismo, no me gusta no haber colaborado en nada. Además, Amelia me ha dicho que iba a comer con ellos y luego se metían las dos en la cocina a pprepararlo todo.
—Y te apetece verla ya —aseguró a su hermana pequeña.
—Me apetece verla siempre, pero ttampoco quiero ser una lapa. Lo mismo quieren hablar de sus cosas.
—Hablar de ti, vamos.
—Bueno, espero que ttambién hablen de mí, claro.
—Me extrañaría que no te conviertas en el tema principal. —bromeó María.— ¿Ayer quedasteis? No te pregunté.
—Sí, al final nos hemos visto todos los días desde Navidad. Fuimos a dar una vuelta por el pparque.
—¿Todavía estáis así? —se burló. —¿Tenéis una casa vacía y dais paseítos? Me recordáis a mí con mi primer novio, la diferencia es que yo tenía quince años.
—No seas cabrona, Mary.
—Que ya sé que te ha dicho que queréis ir despacio, pero yo qué sé, sois dos personas adultas, no hace falta que esperéis al matrimonio. ¿Cuánto tiempo tardaste con Sebastián?
—No es igual. Sebastián y yo no salíamos de una relación ccomo la que ha tenido Amelia.
—¿Cuánto? —insistió María.
—Pronto, yo qué sé,creo que la segunda vez que quedamos. Pero te repito que las situaciones son comppletamente diferentes y que, además, yo no tengo prisa —dijo Luisita quitándole importancia.
—¿No será que estás un poquito cagada?
—A ver, no tte voy a negar que pensarlo me pone un poco nerviosa, pero supongo que cuando ttenga que pasar, pasará. No voy con el calendario en la mano, ¿sabes?
—Yo sólo te digo que Nacho y yo no volveremos hasta mañana por la tarde.
—Mary, no voy a acostarme con Amelia en una habittación en tonos pastel y en una cama de noventa, ya te lo digo.
—Bueno, eso habría que verlo, que cuando el hambre aprieta... —se mofó su hermana.—Te aseguro que si consigues encerrarte con ella, no sale viva. Además, es bastante evidente que Amelia está evitando quedarse a solas contigo. Eso es que no confía mucho en su fuerza de voluntad.
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Eternal Flame
FanficUn grave accidente cambia la vida de Luisita para siempre. Todo lo que había planeado en su ordenada vida se desmorona como un castillo de naipes y tiene que aprender a jugar con las nuevas cartas que le han tocado. La vida se ha guardado un as bajo...