Capítulo LXVI: Vestigios de un Antiguo Mal

49 2 16
                                    

"...La bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, los vencerá y los matará."

—Apocalipsis, capítulo 11: 07.

[Guarida del Clan Nightfall Angels: Comedor del Segundo Piso]

Tras el escandaloso descubrimiento de que el baghatma había despertado, luego de estar tres días en "coma", todos los presentes de la casa se reunieron en el comedor para el almuerzo, y ponerse al día con el baghatma... mientras éste último comía como si no hubiera un mañana.

—¡¡Es la mejor comida que he probado en mi miserable vida!! —exclamó Gabriel entre lágrimas de felicidad, para luego seguir comiendo el pan francés con la chuleta de jabalí bañada en salsas.

El joven-tigre se encontraba sentado en la mesa del comedor, con Caroline sentada a su lado derecho, y desde el lado izquierdo estaban sentados en orden alrededor de la mesa ovalada Rafael, Elsa, Remiel, Jofiel, Clarisse, Miguel, Raven, Angela, Erzuli, Azrael y Camael. Fue una suerte que compraran más sillas en caso de que hubiera invitados en su guarida, además de que la mesa era casi tan grande como las que suelen haber en castillos o mansiones medievales.

Por otro lado Uriel y Amitiel, quienes llevaban un conjunto de delantal y guantes, estaban trayendo la comida desde la cocina, y se las entregaba a cada uno de los presentes que se encontraba sentado en la mesa; para casi todos los jóvenes-bestia fueron platos con cinco filetes de res y pescados recién cocinados, mientras que para Rafael, Camael y Angela fue solo pescado, para Clarisse y Elsa algunas verduras y frutas que compró ésta última en un simple mercado humano, y para Gabriel primero fue la comida que compro Caroline.

—Ten algo de agua, que te puedes atragantar —dijo Caroline con preocupación, mientras le pasaba un vaso con agua al joven-tigre.

—¡Gracias Caroline! —agradeció Gabriel aceptando el vaso, y tras beber de un solo sorbo todo el agua, siguió comiendo con la misma rapidez el emparedado con chuleta de jabalí.

—Más despacio velocista. También es importante masticar bien la comida para no tener problemas estomacales —dijo Uriel con severidad, mientras que con ayuda de Amitiel traía a la mesa dos carritos con más platos de comida.

—¡Lo sé pero estoy casi muerto de hambre y esta comida es deliciosa! —decía Gabriel mientras tenía un pedazo de chuleta de jabalí en la boca.

—¡Oh por todos los cielos no seas tan animal! ¡Habla después de masticar la comida primero! —dijo Angela asqueada y disgustada de la forma de comer del joven-tigre.

Haciendo caso al consejo, Gabriel se acomodó la comida en la boca usando sus propias manos, y de un solo bocado se comió la carne de jabalí, para después lamerse los labios igual que un felino, lo cual repugno todavía más a la francesa-española.

"¿De verdad este salvaje fue adoptado por una familia noble francesa? ¡Pues hicieron un mal trabajo educándolo!", pensó Angela entrecerrando los ojos, incrédula de que era cierto sobre la adopción del joven-tigre por la familia Dumont.

—Tanto tus niveles de Prana como de Chi estaban muy bajos, cuando el médico de bestias analizo tu estado. Es normal que tengas tanta hambre —dijo Jofiel sonriendo feliz de ver que el baghatma estaba y actuaba bien como siempre.

—Y aparte, al poco de que Rafael terminase de sanar tus heridas más graves, te viste envuelto en otra batalla con madrizas y autodaño incluidos. Con tanto sobreesfuerzo físico y rotura de límites, no me hubiera extrañado que tuvieras un aumento de Chi tan alto que tu pelaje se tornase dorado ¡Ja, ja, ja! —dijo Remiel con diversión, aun cuando era un tema serio.

Las Bestias de Dios I: el Despertar de DráculaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora