Capítulo XXIX: Amistad, Amor o Instinto

38 3 15
                                    

"¡La sangre de los Rosenthal es sangre de valientes!"

—Los Tigres de Mompracem, de Emilio Salgari.

[Barco Draco Wang].

Antes la licántropo blanca, la ricitos de oro y la sirenita mestiza eran solo conocidas de la dhampiresa bruja, la harpía cisne, la princesa esgrimista y la bultungin. Pero ahora estaban profundizando más en su amistad, conociéndose las unas a las otras. Esta vez se conocieron mejor, compartiendo datos extras entre ellas, como la particularidad de que las bestias permanecen teniendo aspectos jóvenes por varias décadas.

—Claro que algunos envejecen más rápido que otros —prosiguió Caroline—. Y las hembras bestia suelen aparentar más edad y envejecer más rápido que los varones bestia, al contrario que en la raza humana que las hembras humanas suelen envejecer más lento y vivir más que los humanos varones. Por otro lado en nuestro caso, las bestias hembras, podemos hacer crecer nuestro cabello mucho más que el de una hembra humana promedio y alterar nuestros pómulos, para aparentar más edad.

—Ventajas de tener una segunda "piel" que funciona como mecanismo de camuflaje —agrego Erzuli con una sonrisa divertida.

Mamma mía... Ustedes las bestias son una raza increíble —dijo Amitiel atónita con todo lo que escuchaba—. Tal vez no sean la raza más inteligente o con civilizaciones más avanzadas. Pero las cosas que pueden hacer son una locura. Y lo más asombroso es que no tiene que ver con magia; es solo su capacidad natural de evolución.

—Y el Pináculo de la Evolución es el Rey Bestia que ahora reside en el alma de cierto chico-tigre, que está atraído por cierta chica-loba alfa ¡Je, je! —dijo Clarisse con una pequeña risa y moviendo las cejas, queriendo volver al tema anterior que la dejo con ganas de saber más.

—No empieces otra vez, Clarisse —dijo Caroline cerrando los ojos, sonriendo y negando con la cabeza.

—¡Ja, ja! ¡Vamos Caroline! Acéptalo. Probablemente seas la única mujer capaz de montar a un hombre-tigre semidios como él —decía Clarisse con humor divertido.

—Ya han oído suficiente de los hombres-bestia como para saber que si buscan bien y sin ser demasiado quisquillosos, podrían conseguir una hembra sin problemas. Además, en cuanto toda la Sociedad Sobrenatural sepa que Gabriel es el nuevo avatar de Rudra, él será perseguido por cientos de hembras. Estará bien sin mí.

—Por si no lo sabías, el Rey Tigre Rudra no es alguien que acepta a cualquier hembra como pareja —decía Erzuli—. Siendo el pináculo de nuestra raza, tiene el sentido de selección natural más estricto de todos. Y una vez que se complete la "asimilación", Gabriel compartirá su misma preferencia por hembras muy específicas.

—¿En serio? —preguntó Caroline, todavía con dudas y, muy en el fondo, sintiendo esperanza.

—¡Por supuesto, chica-loba alfa! —contesto Erzuli con tanta seguridad que contagiaba su confianza—. Y tú no eres cualquier hembra. Eres inteligente, valiente, feroz, determinada, maternal, amable, honorable, competitiva, ambiciosa, divertida, y como plus tienes excelentes genes, un cuerpo bien dotado y ejercitado, un carácter fuerte como les gusta a los hombres-bestia, y tienes talento como maestra. Otro punto a tener en cuenta es que, como mujer-loba que eres, por instinto buscas a un macho poderoso e inteligente de tu nivel, para ser tu "pareja alfa".

—Erzuli tiene muy buenos argumentos —estuvo de acuerdo Elsa chasqueando los dedos de una mano—. Es normal que una mujer-loba tan poderosa y de buena genética como tú sienta atracción por el avatar del Rey Tigre. Si ustedes dos pensaran más como auténticas bestias y menos como humanos, ya habrían comenzado a tener hermosos bebés-tigre y bebés-lobo.

Las Bestias de Dios I: el Despertar de DráculaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora