Capítulo LXII: Beast May Cry

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"La sirena no tiene un alma inmortal, ni puede adquirirla si no es por mediación del amor de un hombre; su eterno destino depende de un poder ajeno..."

—La Sirenita de Hans Christian Andersen. 

[Tres Días Después: 02 de Abril de 1881]

[París. 01: 19 pm. Guarida del Clan Nightfall Angels: Sala Común]

Comparado con los días agitados que presentaba la situación actual en París, en este sábado en particular no había muchos problemas; sobre todo en un singular edificio de cinco pisos, en cuya puerta principal había un letrero encima que ponía "Beast May Cry".

Dentro del primer piso del edificio, en lo que parecía ser una descomunal sala llena de muebles, estantes y mesas, iluminada por la gran cantidad de luz solar que proporcionaban las ventanas, se encontraba el clan Nightfall Angels descansando de su primera misión exitosa.

Como un clan de bestias oficial, el clan Nightfall Angels contaba con su propia guarida donde descansarían de sus cacerías y planearían sus próximas misiones. Debido a que todos ellos eran de tierras diferentes, el gremio San Bestia les dio la posibilidad de establecerse en un punto intermedio: en algún lugar cercano a París —donde se hallaba la entrada a la sede principal de la organización—, o para ser más fácil podían establecerse en alguna ciudad del Domhan-Eile.

Al final el clan eligió establecer su guarida en la misma ciudad de París; en una localidad con bastantes árboles, pasto y muy pocas casas vecinas. El motivo de esto era porque no conocían las ciudades del Domhan-Eile más allá de vistas superficiales o menciones, por lo que tal vez en un futuro, cuando tengan más conocimiento de aquel mundo, decidan mudarse a alguna ciudad de allí. Pero hasta entonces vivirían en París.

La casa del clan tenía en total cinco pisos. El primero era la oficina y sala común donde recibirían a los invitados y clientes. En el segundo piso estaban la cocina, la biblioteca personal donde cada uno de ellos recopilaba información de sus respectivas tierras/culturas, y la oficina donde reciben mensajes de espíritus familiares como el de Remiel. 

Y en los tercer, cuarto y quinto piso estaban los dormitorios de los miembros del clan; tres dormitorios en cada piso, todos con el mismo diseño y cada uno con un baño incluido, de manera que ellos podían personalizar su propia habitación como quisieran. Además la guarida contaba con una bodega secreta, en la que guardaban sus equipos, ítems, artilugios peligrosos y su propio Salón Astral para casos de emergencia. 

Respecto al nombre de la guarida, Uriel y Remiel fueron los responsables en idear uno, y terminaron dando opciones extravagantes como el Zoológico de la Soledad, la Bestiguarida, la Mansión "B", la Guarida Grayskull y la "Avenger League". 

Por supuesto tanto Azrael como Miguel y Camael rechazaron todas esas opciones hasta que, con mucha insistencia por parte de Uriel y Remiel, aceptaron solo "Beast May Cry" porque era de los pocos nombres que no estaban registrados, y no era tan "exagerado" como los demás. 

Y ahora mismo, tras completar su primera misión oficial, se les dio un descanso de tres días junto con el pago de la misión multiplicado por diez (tal como prometió Uriel que conseguiría). Sin embargo ahora mismo el clan tenía la visita de Caroline, Elsa y Amitiel, más otras personas que por razones personales no tenían otro sitio seguro donde refugiarse.

—¡Jaque mate!

—¡¿Qué?! ¡¿Otra vez?!

Celebró una orgullosa y divertida Raven, y respondió un atónito Miguel que veía la tabla de ajedrez muy de cerca. Ambos se encontraban sentados frente a una mesa cuadrada al lado de una de las dos escaleras que conducían a los pisos superiores, jugando una intensa partida de ajedrez, con piezas de piedra tan detalladas que parecían pequeñas estatuas medievales —Miguel usaba las piezas blancas y Raven las negras—. Y en dicho juego el licántropo perdió por cuarta vez contra la dhampiresa, aunque ambos perdieron muchas piezas durante la partida.

Las Bestias de Dios I: el Despertar de DráculaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora