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Estuve practicando con la capitana un rato antes del partido. Quería saber qué tal estaba Nao después de lo que había pasado así que decidí ir a tantear qué tal iban ella y Naomi.

—¡Nao, Naomí! ¿Dónde estábais?— preguntó Mia mientras hacía estiramientos.

—Estábamos hablando con Ashe y Caleb. Parecen muy emocionados.

—Los entiendo. No todos los días jugamos en una pista taaaan grande. Estoy muy ilusionada yo también. No puedo negarlo.

—Chicas, ¡el partido va a empezar en breve! ¡Terminad de calentar, anda!

Las tres suspiramos.

—Voy para el banquillo. Que os vaya bien, chicas. Yo os apoyo desde aquí.

—Nao, gracias—le dije sonriente.

Ella me devolvió la sonrisa.

¡Espero haberle transmitido fuerza!

Por alguna razón ella no parecía molesta.

Está siendo muy madura esta vez. 

Y habría seguido así de feliz. Lástima que algunos no cerraban la boca.

Oye, ¿esa de ahí no es Nao?

Si, tía. Antes no había sabido decirte pero ahora la veo. Es ella.

¿Qué hace aquí?

Esa idiota. Pensé que se había ido de aquí...

Escuchaba esos susurros con especial atención. Odiaba que cuchichearan cosas sobre Nao de forma tan descarada. Ella podía haber hecho cosas malas en el pasado pero no consideraba que mereciera esa desagradable bienvenida.

La capitana del equipo de la Trinidad se acercó a Kat. Ambas se agarraron de la mano a modo de saludo.

Todo el equipo contrario tenía esa sonrisa.

Es espeluznante. Parecen que tienen un lector de mentes por retina...

El silbato sonó, dando inicio al partido. El primer saque fue por parte de una novata.

Lo más probable es que nos lo devuelvan.

Efectivamente, nos lo devolvieron. Pero no contaban con que yo recibiría el remate.

El partido marchaba genial. Naomi colocaba bien, nosotras recibíamos y el bloqueo iba la mar de bien. Todo parecía funcionar a la perfección. Hasta que la capitana del equipo contrario remató y Naomi y Kat tuvieron que bloquearlo.

No podía ver bien, no estaba siendo consciente de mi alrededor. Pero escuché el sonido de la pelota golpeando con fuerza y seguido de este un grito. Algo había ocurrido. No había podido percibirlo porque ocurrió demasiado rápido pero sabía que después del bloqueo de Naomi algo no marchaba bien.

Todas formamos un círculo cerrado del que solo salían murmullos.

Nao se levantó y vino corriendo en su dirección.

—¡Naomi! ¿Estás bien?

Naomi tenía el rostro retorcido por el dolor y lágrimas asomando de sus ojos. Se agarraba dos de sus dedos, la cosa no pintaba bien.

—N-Nao...

Quería llorar. Lo notaba con solo verle la cara.

—¡Hay que llevarla a la enfermería!—gritó Kat.

La entrenadora Yuni y Dylan la agarraron de los hombros.

—P-pero... no quiero irme. ¿Y el partido?

Fuera de juego, capitán (Capitanes #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora