Mia
Busqué respuestas al día siguiente. No habría aguantado otra decepción ese día así que esperé al siguiente.
Era una mañana de sábado y mis padres debían permanecer en casa.
Es la oportunidad perfecta.
—Vais a explicarme de una vez que pasó—pedí, viendo que los dos me evitaban con la mirada.
Mi madre negó con la cabeza.
—Mía. Ya está bien. Sé que... nos equivocamos pero no volverá a pasar. Tu padre y yo nos queremos.
—Mamá, sé que amas a Dylan. Papá, también sé que amas a Diana. ¿Por qué os quedasteis callados? Y lo que es más importante, ¿por qué no lucháis por volver con ellos?
Mi padre me miró.
—Hija... Hay cosas más importantes en la vida que el amor. Fracturar el hogar que con tanto esmero hemos creado sería doloroso. Y... no hay garantías de que lo otro salga bien.
Mi madre lo escuchó sin interrumpirlo. Parecía estar de acuerdo con lo que decía.
—Mía no puedo dejar que mis decisiones te afecten. No cuando dependes de mí y vives bajo mi techo.
No entiendo nada...
—¿Entonces por qué me alejas de Ethan?
Ella se llevó la taza de café a la boca, haciendo una pausa. Tras ello respiró hondo, dirigiendo su atención hacia mí.
No podía evitar pensar en lo amenazante que sus ojos me resultaban. Su presencia siempre me había intimidado sobremanera. ¿Sería por la rectitud con la que lo hacía y decía todo? ¿Su voz firme y seria? ¿La manera en la que conseguía hacerse notar con el eco de sus pasos?
—Fácil. Las historias se repiten y nada bueno puede salir de ahí.
Ridículo.
—¡Eso es una excusa! Todo es para seguir con esta farsa. Seguís casados pero por las noches visitáis a los Scott. ¿No os da vergüenza?
Se quedaron callados.
—¡¿Por qué te fuiste con papá si tanto lo querías?!
Ella lo dijo en un susurró:
—Pensé que así podría huir de él...
—¿Huir?
—Pensé que conseguiría alejarnos si me quedaba con Sam pero supongo que Dylan no era el problema. Los dos lo somos, los dos lo fuimos. ¿Quieres que te pase algo parecido a lo que me pasó a mí?
—No podría ser nunca como tú, mamá. Y por eso no me pasarán las cosas que a ti te pasaron.
Sonrió.
—Yo no he sido siempre así.
Me quedé estática.
—Maya...—susurró mi padre.
—Sabes que es cierto. Las personas cambiamos. Me convertí en aquello que necesitaba. Pero por culpa de Dylan tardé mucho en levantarme. Siempre ha sabido cómo hacer daño...
—Mamá. Ethan no es Dylan y yo no soy tú. Sé que parte de tu frustración es por culpa de lo mal que salió todo con él. Y lo entiendo, pero no puedes proyectar todos tus miedos en mí. Puede llegar a ser tan frustrante, incluso demasiado. No soy un reflejo tuyo, deja de intentar arreglar tus errores a través de mí. No conseguirás nada.
—Es increíble que pienses eso de mí...
Suspiré, cansada de todo aquel drama.
—Mamá, no sé todo lo que pasó pero hagáis lo que hagáis estaré aquí, ¿vale? Escuchar como Dylan hablaba mal de su propio hijo me destruyó por completo. Quiero decir, si a él no lo querían... ¿Vosotros tampoco me quisisteis a mí?
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Fuera de juego, capitán (Capitanes #1)
Roman pour AdolescentsEl pasado vuelve a la vida de Mia Sanders cuando su familia y ella regresan a su pueblo natal después de 12 años. Ethan Scott, el capitán del equipo de voleibol, resulta ser su amigo de la infancia. ¿Las personas pueden cambiar tanto? Mía solo sabe...