Todos estábamos nerviosos. Habíamos estado practicando durante días y esperaba que todo aquello hubiera servido para algo. Aunque aquella vez era distinta a la anterior, aquella vez íbamos muy en serio. Esta vez estaba preparada para darlo todo de mí misma.
Lo que sí puedo decir es que Nao parecía estar en otra parte. Su actitud creída se evaporó los días antes del partido y fue sustituida por una nerviosa, incluso podría decirse que distraída.
En el caso de los chicos, ellos estaban muy entusiasmados también. Ashe y Caleb cada día parecían más conectados. Ellos siempre lo habían estado pero después de lo ocurrido con la vuelta al equipo de Ashe su amistad se había reforzado y se complementaban a la perfección.
—¿Estáis listos para nuestro gran partido?
La entrenadora Yuni sonreía entusiasmada. Adoraba los partidos de práctica, al igual que mi padre. Ambos coincidían en que les traían recuerdos de su juventud.
Todos asentimos, somnolientos. Habíamos tenido que madrugar porque debíamos llegar a La Trinidad a tiempo. Era sábado y como se esperaba ninguno estaba acostumbrado a despertarse temprano ese día. Y a nadie le apetecía, como era obvio. Pero era lo único que podían hacer si querían llegar a tiempo, porque estaba a las afueras del pueblo.
Vi a Naomi y a Nao hablando en una esquina. Nao parecía bastante nerviosa y Naomi preocupada, así que decidí acercarme.
—¿De qué habláis vosotras dos?
—De Dios.
—¿Sabeis qué? Olvidad que he venido. Mejor me voy.
—No, no. Ahora te quedas—dijo Nao agarrándola del brazo.
—Ay, madre...
—En realidad hablábamos de que Nao no quiere ir al partido. Obviamente no la he dejado escaquearse.
—¿Cómo que no querías venir?
—Si, si. Yo tampoco lo entiendo.
—A ver, es muy simple. No voy a salir a jugar al partido y eso me jode. Así que para qué voy a ir si la entrenadora no me va a sacar.
—Reconoce que te lo ganaste a pulso. Anda que tratar mal a todas las del equipo y creerte superior—le dije.
—Ella es así. Qué le vamos a hacer...
—Creída y malcriada. Las "mejores virtudes" para una compañera de equipo—atacó Naomi.
—Se supone que tenéis que animarme, no bajarme las ganas de vivir.
Intenté levantarle el ánimo como pude.
—Solo decimos la verdad. Antes no te iba a sacar seguro. Ahora a lo mejor sí. Tu relación con el equipo ha cambiado para mejor.
—No entiendo qué tiene de malo que confíe en mí misma, en serio.
Naomi y yo suspiramos agotadas.
—Tú solo... tranquilízate. ¿O es que tu confianza es solo una fachada?
—¿Qué insinúas, Mía?
—Nada, nada...
—Ya veremos si dices eso cuando barra el suelo con todas las del equipo contrario en el partido.
—¿Ves? Facilito, Naomi. Solo teníamos que darle un empujoncito.
Las dos chocamos los cinco y Nao no pudo evitar enfadarse un poco.
Ella también tenía derecho a estar estresada.
No es como si ser algo confiada la hiciera realmente perfecta.
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Fuera de juego, capitán (Capitanes #1)
Teen FictionEl pasado vuelve a la vida de Mia Sanders cuando su familia y ella regresan a su pueblo natal después de 12 años. Ethan Scott, el capitán del equipo de voleibol, resulta ser su amigo de la infancia. ¿Las personas pueden cambiar tanto? Mía solo sabe...