Maya
—¿Mmmm...?
Me desperté e incorporé poco a poco. Dirigí mis entrecerrados ojos en dirección a la mesilla donde estaban mis gafas, las cogí y me las coloqué. Fue entonces cuando vi que me encontraba bajo la atenta mirada de Dylan.
—Buenos días. ¿Cómo has dormido?—preguntó en un susurro.
—Bien.
No sé me ha olvidado lo de ayer, Dylan.
—¿Quieres algo?
—Un café no me vendría mal.
Él rió.
—¿Sigues con tu obsesión con el café?
¿Tiene algo de malo?
—Claro. ¿Por qué tendría que haber parado?
—No sé... Supuse que como habías cambiado, algunas de tus cosas favoritas habrían dejado de serlo.
—Vaya estupidez. Yo he cambiado, claro, pero tú también. Todo el mundo cambia. Es parte de la vida.
Es que tiene unas cositas que...
—Supongo que tienes razón. Lo siento.
Ay, el pobre. Que carita de pena me pone.
Sonreí.
—No te preocupes. No es nada malo haberse equivocado en realidad. Es humano.
—No. Me refiero a que... siento haberte dejado escapar.
¿Qué? ¿A qué viene esto ahora?
—¿A qué te refieres?
—A todo. No estoy contento con Diana. Te mentí, no soporto más estar en esta casa con ella. Porque no eres tú. Y yo solo me veo viviendo contigo.
Mi expresión se ensombreció.
—No hay manera de cambiar lo que ya ha pasado.
—¡Podemos arreglar el presente! Sé que no quieres a Sam de verdad. Así que por favor...
Se acercó para murmurarme al oído.
—...Escapémonos juntos.
No puedo hacer eso.
Eso me hizo estremecer.
—No.
Él no lo entendió.
—¿No? ¿Por qué?
—Sam me necesita. No puedo dejarlo solo.
—Vamos, Maya. Sabes bien que él no le quita los ojos de encima a Diana.
Tragó saliva, miró al suelo y fijó su mirada en mí; añadiendo esta última frase:
—Él... no te desea de la forma en que yo lo hago.
Dylan...
—¿Me deseas?
—Más que a nada.
Desear no es amar. Desear no es querer, en lo absoluto.
Me acerqué a él y justo cuando íbamos a unir nuestros labios, le susurré:
—Tendrías que haberlo pensado antes de dejarme sola.
—M-Maya...
Me alejé de Dylan, observándolo con frialdad.
—No quiero que me deseen. Quiero ser amada.
Él agarró una de mis manos.
—Lo eres. Yo te amo, te deseo, te necesito... Por eso quiero salir de este pueblo contigo. Eres lo único de este lugar que para mí merece la pena.
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Fuera de juego, capitán (Capitanes #1)
Novela JuvenilEl pasado vuelve a la vida de Mia Sanders cuando su familia y ella regresan a su pueblo natal después de 12 años. Ethan Scott, el capitán del equipo de voleibol, resulta ser su amigo de la infancia. ¿Las personas pueden cambiar tanto? Mía solo sabe...