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Dylan

Para todos el final de aquella historia influyó de maneras distintas. Mía y Ethan decidieron que amarse ya no era un obstáculo y Jaime se replanteó su actitud durante aquellos años, la cual hasta él mismo sabía que no había sido la correcta. En cuanto a nosotros, los 4 protagonistas de la historia...

Cambiamos. A nuestra manera...

—¿Cuánto piensa tardar Maya?—pregunté, aburrido por la espera mientras miraba el reloj.

Diana suspiró.

—A saber. Nos ha dicho que la esperemos.

—¡Pero en nada es el partido de los chicos contra la Trinidad! Si Maya no se da prisa no llegaremos a tiempo para sentarnos en la grada—contesté, tenso.

—¡Calla anda! Ponerte así no va a sacarnos de nada. Lo sabes, ¿no?—protestó Diana.

—Perdón... —susurré.

Unos pasos se escucharon dentro de la casa. Los dos miramos a la entrada, que tenía la puerta abierta, y Maya salió de casa. Llevaba el pelo recogido en una cola baja y lo que a mí más me impactó fue que no llevaba sus gafas.

—Perdón por tardar tanto.

Hasta Diana se quedó sorprendida al verla.

—Te veo muy bien—comentó.

Maya sonrió, bastante halagada.

—Gracias. Hasta yo sabía que debía cambiar mi aire deprimente.

Y era cierto. Siempre llevaba un vestido de color oscuro, gafas de pasta negra y el pelo perfectamente liso y peinado.

—Sí. Creo que todos necesitábamos sacarnos ese aire deprimente de encima—dijo Diana en un tono alegre.

Los 3 cruzamos miradas y supimos que era verdad. Echábamos de menos lo que una vez fuimos, como era obvio, pero al liberarnos de los secretos y las mentiras pudimos respirar tranquilos después de todo ese tiempo. Porque ya no mentíamos, ya no mirábamos con melancolía al pasado. Ahora los 4 nos amábamos, pero más al futuro que les esperaba.

—¿Entonces nos vamos? Llegamos muy tarde... Sam dice que a los chicos les queda poco para empezar—pregunté.

Maya y Diana suspiraron.

—Dylan, lo hemos pillado. Vámonos ya y punto.

Los 3 nos encaminamos al lugar donde se celebraba el partido, la antigua pista de voleibol. Los equipos masculinos comenzaron los enfrentamientos ese día. En cambio, los femeninos empezaron el día anterior. Fue sorprendente que a pesar de lo que todas las chicas pensaban, ganaron el partido y pasaron a la última fase.

Al llegar, vimos a todos dispuestos en las grandes gradas de piedra. Sentí una gran ilusión al ver que esa pista que hace años hicimos para nosotros ahora estaba siendo usada por personas que adoraban tanto el voley como yo.

A lo lejos pudimos ver a algunas chicas del equipo hablando, Mía se encontraba entre ellas.

En el centro de todo y donde se encontraba la enorme pista, los chicos estaban preparados para comenzar. Ethan y Ashe hablaban acaloradamente, entonces el capitán desvió la mirada y me vio. Alzó una de sus manos y me dio un breve saludo. Sabía perfectamente lo nervioso que mi hijo estaba.

A veces siento que me veo reflejado en un espejo cuando lo miro...

Los equipos se dispersaron y se movieron a ambos lados del campo. Sus rivales eran la Trinidad, cosa que hizo que la moral del equipo disminuyera debido a que la última vez ganaron en parte a la suerte. Tenían la esperanza de haber mejorado lo suficiente pero... nada se lo podía asegurar.

Fuera de juego, capitán (Capitanes #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora