–Niñato, tú tócame y estás muerto, tal como debería estar tu madre –realmente ese hombre vomitaba odio, cada vez que abría la boca.
–No vuelvas a mencionar a mi madre –se giró caminando hacia Nacho para empujarle, desplazándolo unos centímetros– ¿Cómo se te ocurre meter aquí a Carolina? ¿Tú estás loco?
–¿Te crees que iba a dejar que le pasara algo?
–El simple hecho, de que la hayas relacionado con tu puto padre, es ponerla en peligro. Ponerla en peligro sin motivo, porque a ti te da la gana. Eres lamentable, una vez más.
Nacho y Alan realmente se conocían ¿Cómo pudieron ocultarme algo así? Miré de nuevo aquella foto que aún sostenía entre mis manos. Me habían mentido en mi cara. Los dos. Las dos personas en las que decidí confiar, las dos personas por las que sufría, las dos personas por las que sentía sensaciones encontradas. La decepción se apoderó de mí. Quería enfrentarlos, ver su expresión cuando les dijera que la tonta a la que engañaban, había descubierto todo. Quería ver sus reacciones y gritarles a los ojos, la basura que eran.
–Si ese capullo no hubiera... –contraatacó Nacho silenciando mis pensamientos, sin embargo, Alan terminó interrumpiéndole.
–No me des excusas de mierda, que te sirven a ti. No culpes a tu amigo, que por muy tonto y cobarde que sea, no es el responsable. Esta no es la única empresa donde Carolina podría trabajar. Joder, yo mismo la hubiera contratado para promocionarme si tan buena es, pero tú preferiste pactar con el diablo.
–¿Trabajar para ti? Realmente no la conoces si crees que lo iba a permitir –rio falsamente– no acepta favores, si piensa que la ayuda se basa en su persona y no en su esfuerzo. Para que aceptara estar aquí, necesité convencerla de que ese brillante proyecto era la única razón de que la quisieran en la compañía ¿Te crees sino que hubiera accedido?
–Sabes, me toca los cojones que vengas ahora aquí de salvador comprometido fingiendo que te has sacrificado por ella.
–¿Y tú de qué vienes exactamente? Lo único que has hecho por Carolina es venderle una vida irreal. Las burbujas se rompen con facilidad y ella, es más lista que cualquiera de los que estamos aquí. Así que tu mundo, no le va a convencer nunca.
–Mira, en algo estamos de acuerdo. Ella es más lista que todos los que estamos aquí y con diferencia. Pero el problema, es que tú no estuviste allí para ver todo lo que vivimos. Sé que le pasan cosas conmigo, así que supéralo, Nacho. Siempre te creíste mejor que yo y estás acabando en las cloacas con la escoria, no merecías otra cosa.
–Ey, ey, hermanito, soy el mayor, deberías guardarme un poco de respeto –su tono era de sátira como si su verdadero propósito fuera hacer daño.
¿Hermanito? ¿Hermanos? ¿Cómo? En ese instante, con el corazón saliéndose del pecho, recordé las palabras de Alan en su casa "yo sólo tengo dos hermanos". Siempre pensé que era sincero conmigo, pero me mintió. Me mintió mirándome a los ojos ¿Cómo pudo hacerlo? Yo no conocía en absoluto a esos dos tipos que estaban en el despacho. Creí que podían ser cualquier cosa, menos hermanos. Mi cabeza repetía en bucle, como una grabadora, frases que ella misma seleccionaba para lastimarme, una tras otra...
–¿Respeto? –le preguntó Alan riendo– ¿Cómo el que le tienes tú a mamá? ¿Ese respeto me pides? Hijo de puta, la estás matando –su tono tornaba a agresivo ahora.
–Ella me mató a mí durante muchos años, así que no intentes culpabilizarme. No hago nada que no se merezca.
–El hijo de puta que tienes por padre, casi la mata a ella en varias ocasiones ¿Acaso se te olvidó?
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Lo Inesperado
Teen FictionCarolina es una joven de 25 años, decidida y con una personalidad arrolladora. Desde la adolescencia no se sintió identificada con los chicos de su edad, lo que hizo de ella una persona independiente, con pocas amistades y sin pareja. Su vida gira e...