CAPÍTULO 21

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JORGE

-Veto la pregunta- dice mientras sonríe inocentemente.

Mi boca se abre y tengo la vaga sensación de que tocará el suelo en cualquier momento. La idea era averiguar si tenía novio o a alguien por ahí pero como siempre, ella ha dado la vuelta al asunto.

Me paso la mano por el pelo rápidamente, despeinándome en el proceso.

Desvío la mirada, pero rápidamente vuelvo a encontrarme con sus ojos, que bajo esa capa de seriedad, sé que se están riendo de mi expresión.

-No me puedes dejar así, Clara - digo indignado por esa risa interna que delatan sus hoyuelos.

Suelta una risa, por lo bajo, y siento como el corazón me da un vuelco.

-Te toca preguntar- la recuerdo.

Recarga su cabeza en el brazo que tiene apoyado en la mesa mientras me mira. El ambiente se ha calmado hace rato y se nota que ambos estamos cómodos hablando. Observo como frunce los labios en una mueca de disgusto, para luego formar una sonrisa.

-¿Sabes qué?- me pregunta cogiendo de nuevo su taza de café y llevándosela a los labios, dándole el último sorbo.

-Sorpréndeme- digo a la vez que ella traga el líquido.

-No tengo ni idea de que puedo preguntarte.

La miro con asombro, con los ojos bien abiertos y lo único que se me ocurre hacer es reírme de lo que ha dicho.

-Me estas diciendo que no sabes que preguntarme, ¿después de cinco años sin vernos?- digo en medio del ataque de risa.

-Exactamente.

-Eso es imposible.

-No lo es, sé muchas cosas de tí - dice agarrando una goma de su muñeca y se ata el pelo en un moño desordenado. Luego empieza a mover nerviosamente los dedos por encima de la mesa-. Lo que pasa es

La veo morderse el labio ante la duda y me es imposible no apartar la mirada de su boca.

-Es- presiono.

-Es que solo necesitaba saber toda la historia que en su momento no escuché y que podría haberme evitado más de una noche sin dormir - dice encogiéndose de hombros-. Pero eso no significa que haya perdonado  lo que hiciste.

-Lo sé, pelirroja.

Sonríe por mi respuesta y acercó mi mano a la suya por encima de la mesa. Nuestros ojos hacen contacto y el tiempo se para. Siento como mi mano se mueve lentamente, como nuestras respiraciones se acompasan, como nuestros ojos no pierden el contacto visual, pero antes de tocar sus dedos ... un teléfono suena y la burbuja que habíamos construido, se evapora.

Rompemos el contacto visual y retiro la mano, empezando a palparme los bolsillos del pantalón. Pero es Clara quien saca el aparato electrónico y me muestra en su pantalla el nombre de Alexa, mientras el tono de llamada sigue sonando.

Me pide disculpas con la mirada y descuelga:

-Hola enana- dice sonriendo.

Oigo murmullos al otro lado de la línea, pero no consigo entender nada.

-No llores boba, estoy bien, tranquila.

Clara me sonríe y yo la sonrió de vuelta. Está tan guapa cuando sonríe, las mejillas se la tiñen de rojo y los ojos se la achinan.

La oigo atentamente mientras habla con Alexa y es inevitable no reírme con las contestaciones de Clara, a saber las burradas que la otra está soltando.  Cuando conocí a Alexa, era una chica dicharachera que hablaba con todos, pero cuando se enfadaba era de armas tomar. Como mi pelirroja.

Volver a encontrarte [Volver #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora