CAPÍTULO 24

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CLARA

Una cita es una actividad social realizada, por lo general, por dos personas con el objeto de evaluar la idoneidad mutua como compañero o compañera en una relación íntima o de pareja. 

O eso es lo que se supone que es una “cita”, según Google.

Imaginar una cita con Jorge había sido impensable hacía  solo unos meses o eso es lo que yo creía .

Y si os dijera que después de nuestra "primera cita", no hubo nada que contar estaría mintiendo.

Porque sí, después de nuestra primera cita, nos hemos visto varios días en la misma cafetería, cuando nos dejaban nuestros turnos. También hemos salido un par de veces: all cine, a comer, a visitar una galería de arte, hemos paseado por parques, me llevó a la floristería donde compró mis rosas negras….

Vale…. Puede que hayamos salido más de un par de veces ...

Pero es que me resulta imposible decirle a algún plan que no. Y lo he intentado de mil formas, pero él siempre se las apaña para que acepte. No os penséis que es un pesado o un insistente , por supuesto que no. Al contrario, me gusta que se muestre interesado por hacer planes conmigo y que se curre las citas.

Y hablando de citas, ahora mismo estoy saliendo a toda velocidad del hospital para que me dé  tiempo a arreglarme en mi casa, donde he quedado con Alexa.

Y digo prepararnos, no porque vayamos a salir a una discoteca o Pub de la ciudad, las dos, no. Todas las propuestas de Jorge anteriores  se quedan cortas para lo que ha preparado esta vez.

Una cita doble. Y qué mejor que ir a una cita doble con nuestros mejores amigos, ¿no?.

Al principio me reí, me carcajeé incluso, pero cuando me lo propuso en la cafetería, en nuestra mesa del fondo, supe que iba en serio

Giró la esquina antes de llegar a mi piso y cuando lo hago ...

Alexa está en la puerta del edificio donde vivo agachada y guiñando el ojo a la cerradura del portal? Aparco el coche y sin que se dé cuenta de mi presencia me coloco a su espalda. Está intentando forzar la cerradura mientras suelta improperios.

Intento no reírme con cada paso que doy, pero cuando la oigo maldecir a todas las cerraduras del mundo y a sus cerrajeros, me río.

Da un saltito por el susto, que la han provocado las carcajadas, lo que hace que estas aumenten, dejándome casi tirada en el suelo, retorciéndome de la risa y agarrada a mi tripa.

Cuando mi amiga se da la vuelta y me ve en esas condiciones, pone cara de hastío, añadiendo más leña al fuego.

Una vez que el ataque de risa se me ha pasado, Alexa pasa por mi lado dándome un “zape cariñoso” como lo llama ella, en el moño que traía recogido el pelo, haciendo que se desarme y mis rizos caigan por mi cara, provocando las risas de Alexa.

Ella se sigue riendo, cuando termina de pasar por mi lado y se dirige a su moto negra, cogiendo una mochila y colgándosela al hombro.

—Estamos a la par—dice cuando se sitúa a mi lado y me pasa su brazo por los hombros—.¿Estás segura de lo que vamos a hacer esta noche?.

—No fue mi idea—digo encogiéndome de hombros y abriendo la puerta.

Subimos entre risas mientras nos contamos todo lo que ha sucedido en estas semanas que no nos hemos visto. Entramos a mi casa, justamente cuando la estoy contando todo lo que ha pasado.

—No me lo creo—dice sacando la ropa que se va a poner esta noche y  dejándola encima de mi cama. 

Una falda de vuelo negra y un top blanco de encaje, con tacones negros, es lo que deja estirado.

Volver a encontrarte [Volver #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora