Volver a encontrarte [Volver #1]

CAPÍTULO 23

JORGE

Si dijera que no estoy nervioso mentiría.

Desde que me contestó al mensaje de ayer con un sí, casi no he dormido. Las horas se me pasaban imaginando donde podría llevarla, para pasar un buen rato pero sin ser muy obvio. No quiero asustarla ahora que he conseguido que me hable sin poner malas caras o partírmela en el proceso.

Esto tiene que ser un antes y un después.

Cojo un folio de los que tengo en mi oficina y me pongo a escribir sitios donde podría llevarla.

El cine sería buena idea, pero estar en un lugar a oscuras con ella y a pocos centímetros...no sería capaz de controlarme y acabaría con la cara del revés otra vez. Lo tachó.

Cenar en un restaurante, es mi segunda opción, según decía mi abuela a una chica se la conquistaba a través del estómago pero sería muy romántico y formal.

Vuelvo a tachar.

Las bodegas del tío de Alex no serían mala idea...pero yo acabaría bebiendo de más y diciendo cualquier tontería, además estoy hablando como un viejo ¿quién se lleva a la chica que le gusta a unas bodegas?.

Tacho.

Después de varios minutos tachando todo lo que se me viene a la cabeza me empiezo a desesperar.

Estoy a la espera de nuevas ideas cuando la puerta se abre de golpe dejándome ver a un Alex muy sonriente.

Si no hubiera sido por el susto que me dí cuando la puerta dió con el tope, no me hubiera enterado de que él estaba allí.

—Yo también me alegro de verte—dice cuando vé que no levanto la cabeza del folio.

Se acerca a la mesa, que ahora se encuentra desordenada, y mira por encima de mi hombro.

—Pero ¿ qué mosca te ha picado?. ¿Te ha dado la vena y quieres hacer un recorrido turístico?—dice mirando el folio.

Doble el papel todo sucio por los tachones y convertido en una bola lo encesto en la papelera que se encuentra en la otra punta del despacho.

—No. No estoy pensando hacer nada de eso porque no son buenas ideas.

—¿Qué es lo que tienes planeado?.

Resoplo sentándome bien en la silla y girando para mirarle a la cara.

—No sé dónde llevar a Clara.

—¿A Clara?. Espera ¿qué me he perdido?.

—Básicamente hablamos e hicimos las paces. La mandé un mensaje ayer pidiéndola una cita para hoy por la tarde después de su turno, pero no sé donde llevarla.

Veo como Alex evita reírse, pero no lo consigue y acaba estallando.

—No me lo creo—dice sosteniéndose la tripa.

—Olvídate de lo que te he dicho. Capullo.

Se calma de golpe y coge una silla sentándose a mi lado .

—Venga, vamos a pensar.

Coge un bolígrafo de los que estaban desperdigados por la mesa y empieza a moverlo entre los dedos.

Le noto nervioso, y me doy cuenta de que Alex mira de vez en cuando la puerta. Cuando estoy apunto de preguntarle, empieza a hablar:

—¿Y si la llevas al cine?.

Y volvemos a empezar.

—No.

—¿Un restaurante?.